Las palabras “celo y celos” parecen significar lo mismo, pero significan dos cosas totalmente opuestas. La primera nos llevará a hacer siempre lo correcto y de la mejor manera, mientras que la segunda nos hará actuar con un espíritu inapropiado.
Aunque la palabra “celos”, se deriva del vocablo en griego “celo”, lo cual quiere decir “hirviente”, en realidad no tienen nada en común; puesto que “celo” es un buen deseo de hacer una cosa bien, obedeciendo una ley justa en la naturaleza de los seres o las cosas. En tanto que “celos”, es un mal deseo, egoísta, y mal intencionado que expresa un mal ánimo del alma. ¿Qué albergas tu, celo o celos? La Palabra de Dios nos insta a ser celosos y apasionados con las cosas de Dios y a desechar los celos carnales.
Así que si eres una persona celosa, solo acumularás problemas internos y con los que están a tu alrededor. Pero si tienes celo por las cosas de Dios, serás sorprendido por las bendiciones que Él te dará y por los propósitos que alcanzarás al cumplir Su voluntad. La Biblia dice, “No envidies a los pecadores, en cambio, teme siempre al Señor” (Proverbios 23:17, NTV).