Tropiezos

¿Cuántas veces nos hemos tropezado con algo o con alguien en el transcurso de nuestra vida? Creo que todos hemos tropezado no solo una sino muchas veces en nuestra vida. Los tropiezos tienen dos características fundamentales: nos detienen y nos hacen prestar atención. Algunos tropiezos nos hacen caer. Sin embargo, no todos los tropiezos nos tiran al piso. Los que sí lo hacen son dolorosos y muchas veces hasta penosos, ¿recuerdas alguno de ellos? Yo recuerdo que al manejar mi bicicleta en mi niñez tropecé en repetidas ocasiones. En una de ellas fue con una piedra grande que me hizo literalmente volar y caer de rodillas hacia el frente. Lo recuerdo porque me dejó una cicatriz en mi rodilla izquierda la cual miro constantemente. Este tropiezo no solo me detuvo y me hizo prestar atención, me hizo levantarme, ser más cauteloso y seguir montado en la bicicleta aunque fuese doloroso.

Pero, ¿de cuántos tropiezos te ha costado levantarte o aun no te logras levantar? Los obstáculos que nos hacen tropezar son muchas veces necesarios. Recuerda, estos nos hacen detener y prestar más atención. No te lamentes más por tus tropiezos. Cada fracaso es una oportunidad de comenzar de nuevo con más experiencia y sabiduría. Por favor, ya deja de lamentarte que no te ayudará para nada. Recuerda que no le sirvió de nada al pueblo de Israel, ni nos servirá a nosotros. La Biblia dice en Proverbios 16:3-4, “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. Toda obra del Señor tiene un propósito; ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!”, (NVI).

Soledad

Todos sabemos que el apostar puede ser adictivo. Pero, ¿sabías que los adolescentes y personas de la tercera edad son los más vulnerables y en riesgo para desarrollar esta adicción?

Los investigadores indican que la soledad es la razón primaria de dicha adicción. Bien sea que los ancianos se sientan solos por la pérdida de su conyugue, o que los adolescentes se sientan rechazados y no tomados en cuenta; la soledad es una problemática seria que puede afectarles en gran manera.

Pero, ¿sabías que puedes estar solo y a la misma vez no estarlo? La Biblia dice que Jesús les dijo a sus discípulos, “Yo estaré con ustedes siempre hasta el final de los tiempos” (Mateo 28:20). No importa que tan sólo te sientas. Se nos ha prometido que Dios está con nosotros todos los días de nuestra vida.

Su presencia es suficiente. Las promesas de Dios nos lo hacen recordar una y otra vez. Él siempre esta ahí contigo. La Biblia dice, “Así como las montañas rodean a Jerusalén, así rodea el Señor a su pueblo, ahora y siempre”, (Salmo 125:2, NTV).

Tratar y Tratar

“Trato y trato” y no logro alcanzar lo que quiero. El tratar una y otra vez es parte de esencial para poder desarrollar la persistencia en el ser humano. Abraham Lincoln fue sin duda muy persistente. A los 21 años, falló en los negocios; a los 26 tuvo que superar la muerte de su novia; a los 27 tuvo un ataque fuerte de nervios, perdió la contienda por el congreso a los 34 años y las elecciones para el senado a los 45. A los 47 intentó convertirse en vicepresidente, a los 49 perdió nuevamente las elecciones para el senado, pero finalmente a los 52 años se convirtió en el presidente de los Estados Unidos. 

¿Cuántas veces has tratado una y otra vez y has desistido por no haberlo alcanzado? Creo que más de una vez. Sin embargo, las cosas que valen la pena no resultan de la noche a la mañana. Hay que “perseverar”, porque como dice el dicho, “el que persevera, alcanza”. Así que no te canses de tratar una y otra vez. Aprende el principio de la persistencia, pídele a Dios dirección y sabiduría y lograrás lo que Él tiene preparado para ti.
La Biblia dice, “Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman (Santiago 1:12, LBLA).

Donde Quiera Que Vayas

Leí la siguiente frase que me llamó la atención en una sala de espera: “Vayas a donde vayas, no importa el clima, siempre lleva tu luz”. Me impactó porque alude a un principio fundamental para nuestro vivir: “No importa el lugar donde nos encontremos, ni las condiciones que enfrentemos, ni las personas que veamos, siempre podemos llevar con nosotros la luz que irradia todo nuestro ser”. Para los hijos de Dios, dicha luz se encuentra en Cristo. Él alumbra el todo de nuestro ser.

Así que vayamos donde vayamos siempre podemos llevar la luz de Jesús. Dicha luz alumbra mucho más en la oscuridad. La luz de Cristo no se apaga. Es siempre real y eterna. Aunque nosotros la podemos esconder, esa luz irradia todo nuestro ser. De modo que estés donde estés, la luz de Cristo siempre podrá guiarte por caminos oscuros, protegerte y animarte para seguir caminando en el caminar de la fe.

Recuerda que vayas donde vayas siempre llevas a Jesús. La Biblia dice en Génesis 28:15, “15 Además, yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas. Llegará el día en que te traeré de regreso a esta tierra. No te dejaré hasta que haya terminado de darte todo lo que te he prometido” (NTV).

Religión

Al viajar alrededor del mundo encontrarás muchas religiones de diferentes creencias en cada región que visites. Desde el principio de los tiempos, el hombre ha tratado de encontrar al Dios que creó el mundo y que lo gobierna. La mejor manera de describir esta búsqueda del hombre se encapsula en la palabra “religión”. Sin embargo, la búsqueda de Dios para salvar a la humanidad según el Nuevo Testamento se llama “evangelio o buenas noticias”.

¿Es esto todo un juego de palabras o de verdad hay alguna diferencia entre los que siguen el evangelio y la religión? Si hay una diferencia notoria. La Biblia dice que Dios ha tomado la iniciativa de alcanzar a un mundo que estaba perdido para poderle ofrecer a la humanidad el regalo de la vida eterna. Ese es el evangelio. El regalo de Dios a través de Su Hijo Cristo. En cambio, la religión trata de conocer y complacer a Dios en base a esfuerzos humanos.

No sigas a Dios en tus propias fuerzas. Él ya se ha acercado a ti para darte libertad y vida abundante. Ven a Él así como eres. Él te ama de una manera única y especial. La Biblia dice, “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él”, (Juan 3:17, NTV).

Todos Quieren Ganar

Desde que estamos pequeños nos gusta ganar. Nos fascina ganar en los juegos, estar en el equipo ganador y experimentar el sentimiento de triunfo. Mi hijo me lo recuerda constantemente cuando una vez me dijo, “es que todos queremos ganar papá”. La verdad es esa. Todos, lo digamos o no, queremos ganar. 

Dios nos diseñó con la capacidad de crear, diversificar para poder ganar. Queremos ganar en los deportes, en las relaciones personales, en los conflictos, en los negocios. Queremos ganar posición, fama y muchas veces reconocimiento y reputación. Es más, lo que más quiere ganar la gente es dinero. Pero, la realidad es que aunque siempre se quiera ganar, muchas veces se pierde. Debemos pedirle a Dios que nos ayude a ganar lo que Él desea que ganemos. El adquirir una cosa, relación o dinero, generalmente requiere de trabajo y esfuerzo diligente.

Nada que valga la pena ganar vendrá fácilmente. Así que si quieres ganar constantemente, déjame decirte que tienes que trabajar en tu vida personal, relacional, laboral, emocional y espiritual. La Biblia dice, “los malvados se enriquecen temporalmente, pero la recompensa de los justos permanecerá”, (Proverbios 11:18, NTV).

Apégate A Dios

Piensa en tres cosas que sean siempre dependientes y que nunca cambien. Puede que tu lista incluya cosas como el amanecer y el atardecer, la ley de la gravedad, el universo o los puntos cardinales. Probablemente tu lista sea totalmente diferente. Sin embargo, al transcurrir nuestra vida entendemos que necesitamos algo sólido que nos sostenga, un compás que guíe nuestro camino y que nos mantenga en la brecha. El problema es que la mayor parte de las cosas que escogemos no nos pueden proveer la guía o la estabilidad que necesitamos o anhelamos. Déjame hacerte una pregunta, ¿tu lista incluye a Dios?

Moisés le declaró al pueblo de Israel la necesidad de apegarse a Dios, el único que nunca cambia. Después de la muerte de Moisés, Dios le prometió a Josué que siempre estaría con él, que no lo dejaría ni lo desampararía. Jesús compartió el mismo mensaje con Sus discípulos cuando les dijo: “No los abandonaré como a huérfanos; vendré a ustedes” (Juan 14:18–NTV).

Dios nunca te dejará. Nada te podrá separar del amor de Cristo. Estas dos verdades incambiables y veraces te ayudarán a mantenerte firme y en la brecha de tu vida. Así que, apégate a Dios, Él siempre se apega a ti. La Biblia dice en Deuteronomio 13:4, “Sirve únicamente al Señor tu Dios y teme solamente a él. Obedece sus mandatos, escucha su voz y aférrate a él” (NTV).

Inténtalo De Nuevo

“Inténtalo una y otra vez”. Walt Disney, el padre de Mickey Mouse estuvo en la ruina varias veces antes de construir el imperio Disney. Él y su esposa pasaron momentos muy desafiantes en donde no podían ni pagar la renta. Se comenta que su situación fue tan precaria que una vez tuvieron que recurrir a comida de perros para poder sobrevivir. El famoso empresario tomó la decisión de jugarse su última carta. Con sus últimos dólares compró un boleto de tren hacia Hollywood. En el año 1926, creó al conejo Oswald para la empresa Universal Studios. Este personaje animado fue patentado y robado en secreto, pero aún así, él siguió hacia delante.

Cuando dibujó a Mickey Mouse le dijeron que no tendría éxito y que asustaría a las mujeres en especial. La producción de Pinocho fue suspendida. A la mitad del camino, Disney tuvo que volver a escribir la historia intentándolo de nuevo. La película de Bambi no tuvo buena aceptación en su estreno. También tardó 16 años en conseguir los derechos de Mary Poppins de Pamela Travers. Fue así como Disney, arriesgó todo su dinero en Blancanieves, el primer largometraje animado y que usó la técnica de color. Todos lo pronosticaron como un fracaso. Sin embargo, la película fue distribuida en 1938 siendo la más exitosa en ese año. Tuvo ingresos de 8 millones de dólares en su estreno que hoy equivaldrían a 99 millones. Así que, “inténtalo de nuevo”, Dios está de tu lado. La Biblia dice en Gálatas 6:9, “Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos”, (NTV).

Cuenta Tus Lecciones, No Tus Pérdidas

¨Cuenta tus lecciones, no tus pérdidas¨. Esta es una perspectiva muy importante, porque usualmente contamos las pérdidas y no las lecciones que aprendemos en medio de nuestras dificultades. El único error real es aquel del que no aprendemos nada. Entonces, ¿por qué no ver nuestras fallas como lecciones? ¿Por qué no contar todas las lecciones que aprendemos después de nuestros más grandes errores y de nuestras batallas más difíciles? Una maestra me dijo: ¨La vida es una buena profesora, si no aprendes la lección, te la repite las veces que sean necesarias hasta que la aprendas¨. De modo que siempre tendremos la oportunidad de convertir nuestras aparentes pérdidas en gratas lecciones. 

Por lo tanto, la vida nos enseña ciertas lecciones, pero depende de nosotros el aprenderlas. Como dicen por ahí: ¨Por más consejos que se den, muchas veces solo se aprende a través de los golpes y de las pérdidas en la vida¨. Desafortunadamente lo que nos duele y nos cuesta suele convertirse en el maestro de nuestra vida. Debemos entonces tener una actualización de nuestra mente, tratar de eliminar la mayor parte de los problemas, deshacer los errores y almacenar solo los momentos gratificantes de nuestro existir. 

De manera que, ¨cuenta tus lecciones y no solo tus pérdidas¨. Te aseguro que te ayudará a crecer en todas las áreas de tu vida. La Biblia dice en el Salmo 32:8, “El Señor dice: «Te guiaré por el mejor sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti”, (NTV).

Sugerencias Vs Mandatos

La diferencia entre una sugerencia y un mandato radica en que uno es opcional y el otro se debe llevar a cabo. Una sugerencia tiende a proponer algo que será para el buen beneficio, mientras que un mandato es una ley que si se rompe o se ignora podrá acarrear grandes consecuencias. Alguien dijo que ¨Las ideas se corroboran con las sugerencias¨. Yo diría: ¨Las mejores ideas son resultado de seguir ciertos mandatos¨. Los mandatos están conectados con las reglas, lineamientos y estructuras. Las sugerencias están relacionadas con la optimización, la innovación y la creación. 

Tanto los mandatos como las sugerencias deben ser tomadas en cuenta. Sin embargo, cuando se infringe una regla, se suelen afrontar consecuencias, pero cuando se ignora una sugerencia, las consecuencias no son tan evidentes. No obstante, tanto los mandatos como las sugerencias poseen en sí un sentido de responsabilidad y de acción. 

Algo que no podemos ignorar en la vida son los principios de la Palabra de Dios. Si los tomamos como sugerencias, enfrentaremos severas consecuencias, pero si los adoptamos como mandatos por los cuales vivir, nuestra vida será mucho mejor. La Biblia dice en Deuteronomio 30:16, “16 Pues hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios y cumplas sus mandatos, decretos y ordenanzas andando en sus caminos. Si lo haces, vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá a ti y también a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer” (NTV).