Corazón de corazones

El corazón comúnmente representa las emociones en el ser humano. De modo que teneos dichos como: “Esa persona es puro corazón, es decir, que es muy linda en su carácter y en sus emociones”. Por otro lado, también se escucha: “Esa persona no tiene corazón para expresar que no le importan sus emociones, ni las emociones de los demás”. 

La realidad es que todos tenemos un corazón físico, pero todos podemos progresar más en desarrollar nuestra parte emocional. Debemos pensar en desarrollar un corazón de corazones, porque hay que escuchar la cabeza, pero hay que dejar hablar al corazón. Muchas veces lo que siente el corazón, no se puede razonar, pero quizá lo que siente tu corazón hoy, mañana lo podrá entender tu cabeza. Un hombre o mujer de noble corazón, podrá llegar muy lejos. 
Entonces, evalúa cómo esta tu corazón y cómo lo puedes nutrir de tal manera que compartas una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala con el diario vivir.    La Biblia dice en Proverbios 4:23, “ Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida” (NTV) 

¿Dios me ama?

Muchos han escuchado desde niños que Cristo los ama y así lo han creído, pero al transcurrir de los años, dudan de dicha verdad. A medida que nos hacemos mayores, las dificultades y las frustraciones de la vida pueden hacernos dudar de esa verdad. Comenzamos a pensar, si Cristo me ama, ¿Por qué me suceden cosas malas? si Cristo me ama, ¿Por qué experimento dolor? Si Cristo me ama, ¿Por qué las cosas no salen como yo quisiera? Si Cristo me ama, ¿Por qué tengo dudas y confusión?

Hay veracidad en todas estas preguntas ya que somos seres emocionales, sin embargo, muchas de las respuestas a estas preguntas no tienen nada que ver con el principio indiscutible de que Dios nos ama. Como seres emocionales, nos dejamos llevar por nuestras emociones y comentemos muchos errores. Como seres racionales, nos dejamos llevar sólo por la razón y fallamos en base a nuestros pensamientos en repetidas ocasiones. Como seres humanos, cometemos múltiples errores que nos acarrean consecuencias. Además, las faltas de otros también suelen afectarnos. 
Dios nos ama porque Él en esencia es amor. Él quiere lo mejor para nosotros y lo ha hecho independientemente de nuestro comportamiento y accionar. Sí, Él nos ama, ¿quieres experimentar este tipo de amor? La Biblia dice en Romanos 5:8, 8 pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores” (NTV) 

Una Espera Angustiosa

No sé si te ha pasado, pero yo he experimentado momentos donde la espera es muy angustiosa y desgastante. Pueden ser unos pocos minutos, pero parecen una eternidad. Por ejemplo, al esperar los resultados de un diagnóstico, a una persona que esta por llegar, alguien cercano quien está en el quirófano, el promedio de una clase difícil, al doctor que salga de la sala de urgencias, etc. Hay episodios de espera muy desgastantes. 

En tiempos difíciles, es fácil preguntarse por qué Dios tarda tanto en traer alivio. Al igual que el salmista, nosotros clamamos por ayuda a Dios “de lo profundo de nuestro corazón”, pero a medida que el tiempo se alarga, podemos sentir la tentación de tomar el asunto en nuestras manos. Al hacerlo, empeoramos las cosas al tomar malas decisiones, apresurarnos como si nada tuviera solución o como si la respuesta nunca fuese a llegar. Por eso es importante mostrar una actitud de confianza y fe durante la espera para que el tiempo sea productivo y beneficioso. 
Dios usa los momentos de espera para revelarnos malos comportamientos o pensamientos y transformar nuestras mentes y nuestro corazón. Podemos profundizar en nuestra confianza y dependencia en Dios. De modo que si estás esperando, recuerda que Dios es tu esperanza en la espera y que en el tiempo preciso y oportuno, Él te responderá con lo mejor para ti. La Biblia dice en el Salmo 130:1, 1 Desde lo profundo de mi desesperación, oh Señor, clamo por tu ayuda” (NTV)

Todo Va A Estar Bien

Todo va a estar bien (Everything will be alright) es una canción que le fascina poner a mi hijo cuando vamos en el carro. La verdad es que muchas veces la necesito escuchar. Aunque es una simple frase que escuchamos en repetidas ocasiones, necesitamos escuchar su significado para nuestras vidas. 

El mundo no parece estar bien. Hay guerras, hay dolor, hay naciones enteras sufriendo y hay personas muriendo gravemente enfermas. Qué hablar de las condiciones sociales, raciales e infrahumanas que están enfrentando muchas personas alrededor del mundo. Al mirar todo esto, regreso a esta simple, pero profunda canción que dice: “Todo el mundo en Su mano está”. 
Esta verdad es un principio sobre el cual todos debemos descansar para vivir con tranquilidad y paz en el corazón. Aunque todo parezca ir de mal en peor, nuestra confianza y fe está puesta en quien tiene control absoluto sobre todas las cosas. Todo estará bien si lo depositamos en Sus manos. ¿Podrías dejar todo en las manos de Dios? Te aseguro que todo va a estar bien. La Biblia dice en el Salmo 46:1-2a,1Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Por lo tanto, no temeremos…” (NTV) 

Victimización

Un día escuché la frase que decía: “Es que soy victima de mis circunstancias”. El victimizarnos es una salida fácil para no enfrentar nuestra realidad. Muchas veces preferimos hacernos la víctima para no enfrentar a las personas o las situaciones que estemos pasando. Ya sea una necesidad, una ofensa o un deseo insatisfecho, el victimizarse no es una buena práctica. Esta bien que hay victimas de guerras, de luchas, de abusos y demás, lo cual es algo muy doloroso. Me refiero a usar las circunstancias del día a día para victimizarnos, no hacer nada al respecto, seguir en el “estatus quo” y tomarlo como excusa para todo en la vida.

En cierta instancia, todos somos victimas de nuestras circunstancias. Somos el resultado de lo vivido, bien sea para bien o para mal. Si no conoces de Dios, será más difícil no centrarte en tus circunstancias, pero si conoces de Él, aún en tu padecimiento puedes aceptar que Dios permitió dicha situación y que de alguna manera lo transformará para Su gloria. Sabemos que el es un Padre soberano quien nos cuida y que nos guía.

Dios quiere que nos sometamos a Él por completo. Podemos ser sinceros y decirle lo que nos disgusta y lo que nos ha pasado. Las preocupaciones y cargas son livianas en Sus manos. Él puede pasarnos de la victimización a la victoria. La Biblia dice en Romanos 8:28, “ 28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos” (NTV)

El Descontento

No es difícil sentir descontento cuando no podemos controlar nuestra situación. Mientras nuestra satisfacción dependa de que todo vaya bien, de las circunstancias, de las personas, de las preocupaciones y de las cosas, éstas nos seguirán robando la paz. El apóstol Pablo escribió sobre el gozo aún cuando estaba en la prisión esperando su condena o el ser ejecutado. Yo creo que él no expresó que nunca sentiríamos ansiedad o frustración, más bien, lo importante es cómo reaccionamos cuando esos sentimientos se apoderen de nosotros. 

Pablo aprendió lo que nosotros debemos aprender día tras día. Él soportó enormes sufrimientos, desde naufragios y hambre, hasta encarcelamientos injustos y palizas. Aprendió que las situaciones pueden ser dolorosas y desesperantes, pero al final descubrió que su verdadero contentamiento provenía de Dios y no de la situación por la que estaba pasando. 
¿Cómo reaccionas cuando las circunstancias están fuera de tu control? Pablo eligió entregar sus preocupaciones y recibir la paz de Dios. ¿Qué eliges tú? ¿El estar en descontento o el tener paz? La Biblia dice en Filipenses 4:7, 7 Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús” (NTV) 

Las Palabras No Alcanzan

Hay un antiguo canto que escuché de niño en la iglesia que dice: “Hay momentos que las palabras no alcanzan para decirte lo que siento a ti mi buen Jesús”. La verdad es que hay momentos que las palabras no alcanzan para expresar lo que verdaderamente sentimos. No todo lo que sentimos lo podemos compartir en palabras delante de Dios. Sin embargo, lo hermoso es que Él sabe cómo nos sentimos, nos entiende y desea escuchar lo que salga de nuestros labios a través de una oración. 

La oración es comunicarnos con Dios y es un arma poderosísima para acercarnos más y más a Él. No debes tener un conjunto de palabras apropiadas para venir delante de Él. Sólo tienes que presentarte, compartirle lo que hay en tu corazón y aún mantenerte en silencio delante de Su presencia. El solo hecho de acercarte a Él puede hacer de lo imposible algo posible. 
Así que aunque las palabras no alcancen, puedes compartir tus sentimientos aún en el silencio delante de Dios. Podemos agradecerle por todo lo que ha hecho, por lo que hace y por lo que hará. Podemos decirle cómo nos sentimos o simplemente contemplarle en el silencio y pedir de todo corazón que nos ministre con Su paz. ¿Podrías hacerlo? La Biblia dice en Hebreos 4:16, 16 Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos” (NTV) 

La Insatisfacción

El grupo famoso de antaño los “Rolling Stones” grabaron una de las canciones más famosas de los últimos cien años titulada: “No puedo tener satisfacción”. Es impresionante denotar que la canción alcanzó mucha popularidad en sus días, sin gozar de toda la tecnología que tenemos hoy en día. ¿Por qué lo fue? Bueno, esta canción trata con una verdad inherente para el ser humano: “No estamos satisfechos con nada”. Aunque tratemos de satisfacer nuestros gustos y placeres, siempre vamos a querer algo más, lo cual nos muestra la incapacidad del ser humano para hallar satisfacción. 

¿Estás satisfecho(a) con lo que eres y con lo que tienes? La respuesta quizá sea no. Algunos gozan de insatisfacción para seguir esforzándose, obtener más y progresar sanamente en todas las áreas de sus vidas. Otros, aunque tienen más de lo necesario, quieren cada vez más y más. Entonces, ¿qué debemos hacer?
Primero, reconocer nuestra tendencia natural hacia la insatisfacción. Segundo, mostrar insatisfacción por las cosas que nos alejan más de Dios y encontrar satisfacción en la búsqueda de las cosas que nos acerquen cada vez más a Su voluntad. De la misma manera, debemos desarrollar un espíritu de contentamiento. Por último, debemos dejar que Dios sea nuestra única fuente de total satisfacción. La Biblia dice en Jeremías 31:25,25 Porque Yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada” (NBLA) 

Los Ladrones Del Gozo

¿Conoces cuáles son los ladrones del gozo diariamente en nuestra vida? Yo identifico cuatro claramente. El primer ladrón son “las circunstancias”. El poeta Byron escribió: “Los hombres son el hazmerreír de las circunstancias”. Nos sentimos muy gozosos cuando las cosas van viento en popa, pero sentimos aflicción cuando las circunstancias no son las que esperábamos. Incluso, nos cambia el ánimo con muchas de las circunstancias. 

El segundo ladrón del gozo es “las personas”. Hay personas que nos roban el gozo por lo que son, por lo que dicen y por lo que hacen, lo cual nos llega a afectar a nosotros. Recordemos que la gente puede ser supremamente cambiante. Lo tercero son “las cosas”. Entre más tenemos, se supone que más estaríamos contentos. Pero hasta los que más tienen, sus mismas posesiones les quitan o roban la paz. Así que no sólo el tener nos producirá gozo en nuestras vidas. 
Finalmente, “la preocupación” nos tiende a robar la paz. Nos preocupamos por cosas que aún no pasan y por las que ya han pasado. Este es el peor ladrón de todos que crea ansiedad, desosiego e inseguridad. ¿Qué hacer? Debemos dejar que el gozo de Dios sea nuestra fortaleza diaria. De esta manera, ningún ladrón lo robará fácilmente. La Biblia dice en Nehemías 8:10b,Este es un día sagrado delante de nuestro Señor. ¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del Señor es su fuerza!” (NTV)   

El Entrenador

¿Cuántos hemos tenido algún entrenador en nuestras vidas? Quizá un entrenador de educación física en el colegio y algunos que han estado envueltos en deportes lo han experimentado en sus equipos. Por otro lado, aficionados del deporte usualmente andan hablando de los entrenadores bien sea para bien o para mal.

La verdad es que del entrenador dependen muchas cosas como la estrategia, las decisiones, el ánimo, la cultura del equipo, la estabilidad, la intervención en medio de las crisis, etc. El entrenador es vital para cualquier deportista a nivel individual y también a nivel colectivo. En nuestro caminar de la fe tenemos algunos entrenadores. Es decir, voces a las que les prestamos importancia y hacemos caso en nuestro diario vivir. Unas de estas voces pueden ser nuestro pasado, nuestras experiencias, nuestras relaciones, nuestro entorno, una persona en particular, entre otros. De modo que muchos pueden tomar el rol de la voz del entrenador. Sin embargo, para el creyente, la única voz de entrenador debe ser la de Dios.  

Él es nuestro entrenador en los olímpicos de la fe. Entonces, ¿escuchas Su voz, obedeces a Su Palabra, crees en Sus promesas? Si no conoces a este entrenador, hoy es día para que lo hagas. Él quiere adiestrar y dirigir tu vida. La Biblia dice en Deuteronomio 5:33, 33 Manténganse en el camino que el Señor su Dios les ordenó que siguieran. Entonces tendrán una vida larga y les irá bien en la tierra donde están a punto de entrar y que van a poseer” (NTV)