Derrota A Los Gigantes

¿Cómo vences a los gigantes que obstruyen que seas lo que Dios quiere que seas? ¿Cómo vences los temores que evitan que seas la persona que Él quiere que seas? Si quieres ser una persona de una gran fe con un gran sueño y un gran trabajo en la vida, haz las mismas cosas que hizo David para vencer a los gigantes del retraso, desánimo, desaprobación y de la duda.

He aquí algunas pautas: 1. Recuerda cómo te ha ayudado Dios en el pasado. Cuando recuerdas las formas en las que Dios te ha ayudado en el pasado, te da confianza para el futuro. 2. Usa las herramientas que Dios te ha dado ahora. David usó las herramientas que Dios le proveyó y le fortalecieron. 3. Ignora los cazadores de sueños. Después de un tiempo, cuando otros hablaban en contra de él, David mantuvo su enfoque en el Señor. Por último, “Espera que Dios te ayude para Su gloria”. David creyó que Su visión era la visión de Dios y le trajo gloria a Él.
Dios usará a quien confíe y espere en Él. Entonces ¿Cuáles gigantes debes derrotar hoy?

La Biblia dice en 1 Samuel 17:45, “45 David le respondió al filisteo: Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado” (NTV).

Terminando El Curso

Eric Liddell fue un atleta destacado quien nació de padres misioneros en la China en 1902. Sus habilidades eran tan extraordinarias que fue reclutado en el año 1924 por el equipo olímpico de Escocia, la nación natal de sus padres, donde compitió y ganó muchos certámenes. Al darse cuenta de que las carreras preliminares fueron programadas en un domingo, sus planes cambiaron. Esto no cambió el parecer de muchos corredores cristianos, pero sí el de Eric. Mientras otros competían en una carrera por la que él había entrenado durante toda su vida, él predicaba en una iglesia en Paris.

Tiempo después pudo competir en otros eventos, ganando la medalla de bronce en la carrera de 200 metros y la de oro en la carrera de 400 metros. Sin embargo, su testimonio sigue siendo recordado. En 1924 Eric Liddell regresó a China donde dedicó su vida al trabajo misionero. Él fue comprometido y tenía las prioridades correctas. Hoy piensa en tus prioridades. ¿Cuál es tu enfoque en la vida? ¿Es temporal o es eterno? No hagas concesiones. ¡Haz un compromiso total con Dios! Haz que tu vida cuente por la eternidad. La Biblia dice en 2 de Timoteo 4:7, “7 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera y he permanecido fiel, (NTV).

Resoluciones

Hay personas que hacen resoluciones al principio del año. Dichas resoluciones son propósitos que se trazan al inicio del año como un plan de acción para ser alcanzado en el transcurso del año. La mayor parte del tiempo se posponen año tras año. Sin embargo, hay resoluciones que no deben ser temporales sino permanentes. Estos propósitos deben estar allí durante toda tu vida.

Déjame compartirte cuatro propósitos en los que he resuelto trabajar permanentemente: “Escoge lo que Dios quiere que seas, escoge el dolor a corto plazo por una ganancia a largo plazo, escoge los valores de Dios y no los que ofrece el mundo. Por último: Escoge vivir por fe y no por el temor”. El patriarca Moisés en la Biblia vivió bajo esa premisa de vida. Él fue ante el Faraón en Egipto, el hombre más poderoso del mundo de su época, para pedirle que dejara ir a el pueblo que trabajaba arduamente en esclavitud. Pero ¿de dónde sacó dicha fuerza? Moisés es un ejemplo de resolución, convicción y fe.

Simplemente: “Trabaja en estás resoluciones”. Te aseguro que tu vida dará un rumbo diferente y te sorprenderás de lo que Dios podrá hacer en ti. La Biblia dice en Hebreos 11:27, “Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible, (NTV).

La Verdadera Libertad

El polaco Josef Hofmann nacido en 1876 fue un aclamado y reconocido músico e instructor de algunos de los pianistas más brillantes del mundo. A lo largo de sus años de enseñanza observó que muchos músicos nunca alcanzaron su potencial porque se dejaron llevar por su “libertad”. Una vez dijo: “No se pueden imaginar en qué medida su ‘libertad’ distorsiona la música que tocan . Su ‘libertad’ es una licencia, no una libertad. La verdadera libertad proviene de la disciplina. Esa disciplina proporciona una base a la música y permite que surja la verdadera libertad”.

¿La libertad está relacionada a la disciplina? Esta idea puede parecer extraña para muchas personas. Muchos se pierden en su noción de libertad en su vida espiritual. Viven una vida de libertinaje acobijada por una supuesta libertad. Sin embargo, la Biblia nos recuerda una verdad básica: “Nos convertimos en esclavos de lo que obedecemos y de lo que domina nuestras vidas. La verdadera libertad proviene de rendir nuestras vidas al señorío de Jesucristo, de vivir en obediencia a Dios y a Su palabra”.

Todos los días te enfrentas a muchas elecciones y opciones en cuanto a tu libertad. Renueva tu compromiso con Dios hoy. Él puede darte la verdadera libertad. La Biblia dice en Gálatas 5:1, “Por lo tanto, Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo a la ley” (NTV)

Unicidad

Según el Libro Mundial de Hechos (World Fact Book) de la CIA en el 2017, la población mundial oscilaba alrededor de 7,400 millones de personas. Cabe mencionar que dicha población sigue aumentando gradualmente año tras año. Lo impresionante es que aunque hayan diferentes razas, lenguas y culturas en los cinco reconocidos continentes, no hay ninguna persona que sea igual que otra. Pueden haber gemelos y mellizos, pero no hay nadie que sea exactamente igual.

Esto nos habla del principio de la unicidad. Cada uno de nosotros somos diseño exclusivo, versión única y distintiva con el sello impregnado de nuestro Creador, Dios. Tenemos la marca divina. Tenemos la huella de Dios en cada uno de nosotros. Somos creación divina y resultado de la creatividad de Dios. ¿No te impresiona el ser único e irrepetible? No ha habido, ni habrá nadie como tú. Dios te ha diseñado para que cumplas un propósito para este tiempo y en esta generación. Nadie lo puede hacer por ti. Es un llamado individual.

Así que, acepta el diseño de Dios para ti. Descubre el propósito de dicho diseño y sirve a otros como nadie más lo podrá hacer. La Biblia dice en Efesios 2:10, “Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás”, (NTV).

Represión

¿Cuántas cosas no se reprimen en la vida? Se reprimen sentimientos, emociones, palabras y acciones. Se reprimen procesos, sucesos y eventos. La reprensión va relacionada con la moderación, el freno y la espera en la vida. La represión suele ser frustrante y desafiante, pero es muchas veces también gratificante.

He aquí algunos consejos mientras esperas lo que está reprimido: no te desesperes, no hagas decisiones emocionales, reconoce que Dios está obrando en la espera, recuerda que no tienes control de la mayor parte de las cosas que se reprimen en la vida, actúa proactivamente para que nada que este de tu parte se reprima. Por último, confía en Dios en cada momento de tu vida.

La Biblia está llena de promesas de parte de Dios para los que esperan en Él. Puede ser que la represión de algo se convierta en una bendición. Dios conoce los tiempos y aquello que está reprimido y suprimido puede ser concedido para ti en cualquier momento. Espéralo con fe. La Biblia dice en el Salmo 37:7a, “Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que Él actúe”, (NTV).

Ejemplo

Un día escribí la siguiente frase: “Hay vidas que son ejemplo y otras que son advertencia”. En otras palabras, no puedes predicar lo que con hechos no puedes ejemplificar. Debemos predicar con el ejemplo antes de dar un buen consejo. Pablo Coelho dijo: “Todos vamos a sufrir cuando nos ataquen y nos hieran en nuestra dignidad, pero el dolor más grande será provocado por aquellos que considerábamos un ejemplo”.

Aunque algunos dicen que no se puede hacer nada, siempre se puede dar un buen ejemplo. Los hijos aprenden poco de las palabras, solo sirven nuestros actos y la coherencia de estos con las palabras. Todos los estratos socioeconómicos pueden converger en la misión de dar un buen ejemplo. De la misma manera, la buena educación se demuestra solo por medio de un buen ejemplo. Puedes tener todos los títulos académicos, pero si no eres un buen ejemplo, no sirve de nada. Se puede calificar de hombre superior al que primero pone en práctica sus ideas y después le predica a los demás lo que ya realiza. La gente solo cree lo que ve.

De modo que, “sé ejemplo y otros creerán en ti”. La Biblia dice en 1 Timoteo 4:12b, “Sé un ejemplo para todos los creyentes en lo que dices, en la forma en que vives, en tu amor, tu fe y tu pureza”, (NTV).

Con Todo El Corazón

Usualmente cuando las personas escuchan la expresión, “con todo el corazón” se están refiriendo al centro de las emociones que llega a dominar la razón. También se refiere a las ganas, las fuerzas y el empeño con el cual trabaja el ser humano. Una persona que hace las cosas con el corazón se esfuerza, se alienta y se desafía para salir adelante ante las circunstancias más adversas que pueda llegar a atravesar. El corazón se convierte en el símbolo y en la fuerza propulsora que muestra mucho de lo que realmente somos. Cuando nos lanzamos de corazón, saltamos los obstáculos. Muchos desfallecen ante los obstáculos porque no se han lanzado con el corazón. Alguien dijo: “lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza”.

Por naturaleza, nuestra mente, voluntad y emociones no desean servir a Dios. Somos egoístas, centrados en nosotros mismos y nos cuesta perdonar. El corazón es como un niño: siempre espera lo que desea. Podemos hacer las cosas con el corazón pero nos cuesta perdonar de corazón porque jamás se penetra por la fuerza en él. Entonces, dejémosle nuestro corazón a Dios y cuidémoslo día a día para que este saludable.
La Biblia dice en Proverbios 4:23, “sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida”, (NTV).

Acción O Emoción

Frases como: “ver para creer” o “hablando y haciendo” son solo algunas de las frases que nos invitan hacia la acción. Algunos dicen: “ver para creer y no todo vez”. Esto resalta que incluso cuando somos testigos de las cosas, hemos de desconfiar, pues no es raro que nuestros sentidos nos engañen. Otros le añaden al dicho diciendo: “ver para creer y para no errar, tocar”. En otras palabras, es llevar la desconfianza a posteriores comprobaciones para evitar ser engañados.

Si yo pudiera encapsular el significado de estos dichos, diría que ellos están relacionados con una emoción y con una acción. El ver mueve las emociones y nos conduce hacia una acción. De hecho, este dicho tiene su origen en Tomás, el discípulo incrédulo, quien quería ver, creer y tocar a Jesús una vez y había resucitado. Al sentir dicha emoción, fue conducido hacia una acción.

La vida es una danza entre lo que sientes y lo que haces. Muchas veces puedes sentir muchas emociones y no hacer nada al respecto, pero en otras ocasiones, necesitas actuar. Pídele a Dios que te enseñe a tener dominio sobre tus emociones y sobre tus acciones.

La Biblia dice en Salmos 32:8, “El Señor dice: Te guiaré por el mejor sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti”, (NTV).

Cuidado

¿Cuántas veces vemos el anuncio que dice: “cuidado”? Dicho anuncio funciona como una advertencia en muchas instancias en la vida. Por ejemplo, desde pequeños escuchamos frases como: “cuidado con lo que haces”, o “cuidado con las malas compañías porque estas corrompen”. Nuestros padres nos enseñan el tener cuidado con lo que decimos y hacemos. En otras ocasiones se nos ha dicho que debemos cuidar lo que tenemos y también a quienes tenemos alrededor nuestro.

Hay personas que no tienen cuidado de las cosas o de sus relaciones. ¿Por qué? Porque ni siquiera pueden cuidarse a sí mismas. Spencer Johnson dijo: “Cuanto más cuido de mí mismo, menos resentimiento e irritación tengo y más cariñoso me muestro hacia los demás”. Cuando no cuidamos de nosotros mismos, entonces exigimos a otros que hagan lo que solo nosotros podemos hacer.

De modo que ejercita el “cuidado” en todas las áreas de tu vida. Cuida tu relación con Dios y con los demás. Cuida tu tiempo, tus tesoros y tus talentos. Cuida las relaciones más preciadas, pero sobre todo, cuídate a ti mismo, porque si no lo haces, no podrás cuidar a nadie más. La Biblia dice en Efesios 5:15-16 “15 Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. 16 Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos”, (NTV).