Permanencia

La permanencia es fundamental en la vida. Yo tengo un dicho que he usado en repetidas ocasiones que dice: “El que no permanece perece”. En otras palabras, el que no reconoce que debe continuar, caminar y luchar es fácil que perezca en su propósito de vida. La permanencia marcará la diferencia en todas las áreas de nuestra vida. Si no permanecemos no lograremos todo lo que Dios tiene preparado para nosotros. 

Hemos sido diseñados para resistir, permanecer y conquistar los objetivos en el propósito por el cual hemos sido creados. Sin embargo, tenemos muchas cosas que nos hacen desistir. La primera es la falta de un propósito claro. La segunda es la falta de preparación, planeación y anticipación. La tercera es el desánimo y la constante frustración. La cuarta son los enemigos del creyente: Satanás, el mundo y la carne. Pero la más recurrente de todas es la falta de diligencia y permanencia en las tareas que nos han sido asignadas. 
Recordemos que las grandes cosas se conquistan por la permanencia y por la fidelidad. Entonces, todos debemos pedirle a Dios ayuda para ser permanentes y poder ver el cumplimiento de las grandes obras que Él tiene preparadas para cada uno de nosotros. La Biblia dice en Juan 15:7, “Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!” (NTV)  

La Soledad

La soledad no es solo el estar sin una persona al lado. A veces la soledad más triste es aquella que se vive acompañada de personas, y aún más, de las personas equivocadas. En otras palabras, puedes vivir acompañado de personas a tu lado, pero aún sentirte solo(a). ¿Te ha pasado? La soledad entonces es un estado emocional doloroso del cual padecen muchas personas. 

Sin embargo, la soledad no es simplemente un estado negativo o depresivo. A veces el estar sólo(a) es muy bueno. La soledad, cuando es bien usada, se convierte en un regalo que nos lleva a encontrar el propósito de alguna situación y muchas veces el propósito de nuestras vidas. En la soledad podemos reflexionar, meditar, formular y planear. En la soledad podemos reevaluar, restructurar y replantear. En la soledad podemos tomar seguridad, adquirir confianza y emprender con tenacidad. Entonces, la soledad puede ser una gran bendición. Por ahí dicen que los inteligentes disfrutan la soledad y los demás la llenan de cualquier cosa. 

¿Qué tal si nosotros llenamos nuestra soledad con la Palabra de Dios? ¿Qué tal si experimentamos la compañía de Dios? ¿Qué tal si nos aferramos a cada una de Sus promesas? Sólo así sabremos que espiritualmente nunca estamos solos, porque siempre hay un propósito cuando Dios esta con nosotros.    La Biblia dice en Isaías 43:19b, “Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad” (RV1960)

A Plazos

No se si tu has sido una de esas personas que ha comprado algo a plazos. Es decir, que lo vas pagando poco a poco hasta que finalmente es tuyo. Por ejemplo, una joya, una ropa fina, un electrodoméstico, un carro, etc. Afortunadamente muchas cosas se pueden comprar a plazos incluyendo la casa donde vivimos, sin embargo, no todo en la vida se compra y menos a plazos. Es más, son más las cosas del diario vivir que se necesitan comprar de una sola vez que las que se compran a plazos.    

La vida cristiana tiene estos dos componentes. Cristo ya pagó la cuota y saldo total en la cruz por todos y cada uno de nuestros pecados. No necesitamos pagar nada a plazos. Sin embargo, nuestro crecimiento espiritual parece darse paso a paso, un día a la vez, una prueba a la vez y un logro a la vez. Lo más importante es saber que Dios no nos ve y trata a plazos. Para Él hemos sido justificados, lavados y adoptados como parte de Su familia. Él ve la historia completa y no sólo parte de nuestro caminar. Él ve el trabajo completo y no sólo una fracción de este. Él ve el potencial y todo lo que llegaremos a ser. ¿Le conoces a Cristo? ¿Tienes una relación con Él? Si no es así, hoy es tiempo de hacerlo. 


La Biblia dice en Romanos 5:1, “Por lo tanto, ya que fuimos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros” (NTV)

El Agua De Vida

Escuché un dicho que me llamó la atención: “Miles han vivido sin amor, pero ni uno solo sin agua”. El agua es esencial para poder vivir. Es la fuerza motriz de toda la naturaleza. Sin ella no se puede vivir. ¿Has tenido sed queriendo tan solo un poco de agua? ¿Has estado alguna vez deshidratado añorando beber por lo menos unos tragos de agua? Yo lo he experimentado en zonas selváticas y desérticas. No es nada placentero.

La Biblia menciona que Jesús es “el agua de vida”. En una ocasión, Él se acercó a un pozo para tomar un poco de agua. La mujer con la que habló era una samaritana quien por cultura no debía cruzar palabra alguna con los judíos. Jesús le pidió agua de beber y le comentó con pocas palabras todo lo que estaba pasando en su vida. Al traerle el agua, Jesús le dice que Él ofrecía un agua del cual nunca más tendría sed.

La mujer fue transformada por ese encuentro con Jesús. Ella fue y compartió de esta “agua de vida” con aquellos que tenían mucha sed. Y tú ¿has tomado de esta agua de vida o deseas tomar y beber para ya no tener sed? La Biblia dice en Juan 4:14, “pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna” (NTV).

Pérdida Del Sueño

El insomnio o la pérdida prologada del sueño es una patología muy frecuente en la población en general. Se estima que alrededor de un 15% de la población adulta padece de insomnio crónico y un 35% ha sufrido o sufre de un insomnio ocasional o transitorio. Cualquiera y sea el caso tuyo o de alguien que padezca de esto, la realidad es que con el tiempo vendrán otro tipo de complicaciones físicas y emocionales causadas por la falta del descanso adecuado del cuerpo.   

¿Has sufrido de la pérdida del sueño? Muchas veces la misma impaciencia por dormir a menudo asusta el sueño. He aquí unos pasos para combatir el insomnio: Identifica los factores que te causan ansiedad antes de dormir, minimiza las distracciones o ruidos, trata a lo posible de prepárate para dormir media hora o una hora antes, toma un té caliente en caso que puedas, separa por lo menos de siete a ocho horas consistentes para poder dormir, practica ejercicios de oxigenación con tu respiración para preparar tu cuerpo y sobre todo ora pidiéndole a Dios que te otorgue un buen descanso para poder reposar, recobrar el ánimo, retomar las fuerzas y seguir adelante. 
Recuerda que es difícil dormir cuando la mente no se calla. La Biblia dice en el Salmo 4:8,En paz me acostaré y dormiré, porque solo tú, oh Señor, me mantendrás a salvo” (NTV)  

Totalmente Presente

A todos nos ha pasado alguna vez que estamos físicamente en un lugar, pero nuestros pensamientos están en otro lado. Es decir, estamos presentes físicamente, pero no emocionalmente. En otras palabras, no estamos totalmente presentes. Estar totalmente presente significa que estas conectado física, emocional y espiritualmente en el mismo momento. Significa que no estás dividido y que estás íntegramente en el mismo lugar. 

Sin embargo, en nuestros días, la cultura y las tantas distracciones hacen de esta práctica algo completamente desafiante. El estar totalmente presente se ha vuelto difícil. La interconectividad con nuestros teléfonos y la era digital ha tornado nuestra sociedad en algo cada vez más impersonal. Entonces, ¿qué hacer para estar totalmente presentes? Primero, debemos decidir estar totalmente presentes donde quiera que estemos. Debemos valorar a las personas, sucesos y eventos de los cuales somos parte. Además, debemos desconectarnos de lo que nos robe la atención en ese momento. Pero, sobre todo, debemos intencionalmente hacer un esfuerzo por estar totalmente allí. 

La Biblia dice en Éxodo 33:14 , “Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (RV1960).

El Juego Del Silencio

Desde pequeños muchos de nosotros jugamos el juego del silencio. La verdad que cuando decían: “vamos a jugar a que todos nos quedemos callados y el primero que hable pierde”. Recuerdo que siempre había uno que no duraba ni un minuto sin poder hablar. Era cómico, divertido y entretenido ver quién perdía primero. Debo confesar que algunas veces fui yo el que perdió a primera instancia. 

Cuando crecemos y nos convertimos en padres, solemos jugar este juego con nuestros hijos. Al verlos que no suelen callarse, les decimos: “Juguemos al juego del silencio”. En mi caso, mi hijo David, era el que casi siempre hablaba primero. ¿Por qué nos es difícil estar en silencio? Simplemente porque Dios nos hizo para comunicarnos y para vivir en comunidad.
Escuché una frase que dice: “El no comunicarse también es comunicación”. En otras palabras, el silencio, también comunica. Aunque hay muchas cosas que tenemos que callar por prudencia y madurez en la vida, hay otras que no debemos callar. Por ejemplo, no debemos callar el compartir las bendiciones que Dios nos da diariamente. No debemos callar los buenos momentos, ni las buenas decisiones. Así que, no calles las bendiciones de Dios. Será de bendición para ti y para los que te rodean. La Biblia dice en el Salmo 59:16, “En cuanto a mí, yo cantaré de tu poder; cada mañana cantaré con alegría acerca de tu amor inagotable. Pues tú has sido mi refugio, un lugar seguro cuando estoy angustiado” (NTV) 

No Comprendo

¨No comprendo¨ o ¨No comprender¨ es lo que dicen algunas personas cuando están aprendiendo nuestra preciosa lengua española. Pero, ¿qué de aquellos que entienden lo que se dice, pero aún no lo comprenden? Hay personas que aunque entiendan muy bien el lenguaje y el mensaje no lo logran comprender, porque hay una gran diferencia entre entender y comprender. 

Es posible entender una frase, pero no comprenderla. Entender es percibir el significado de algo aunque no se comprenda. Comprender es hacer propio lo que se entiende y actuar en resultado de dicho entendimiento. En otras palabras, el entender es la percepción con claridad de una situación en especial mientras que el comprender tiene que ver con la toma de conciencia de una situación al integrarla a uno mismo. Algunos le llaman la interiorización del conocimiento. Es fácil entender una situación cualquiera como una ecuación matemática, pero esta misma ecuación ya entendida, se comprenderá en el momento que se aplique. 

Dios desea que no solo sepamos de Él, sino que comprendamos quién es. Él desea que no solo sepamos de Su Palabra, sino que la podamos aplicar en nuestro diario vivir. De modo que Dios quiere que entiendas, pero también que comprendas. La Biblia dice en el Salmo 147:5, “¡Qué grande es nuestro Señor! ¡Su poder es absoluto! ¡Su comprensión supera todo entendimiento!” (NTV).

Escapando La Ira

¿Cuántas veces nos hemos arrepentido de lo que hemos dicho o hecho en un momento de ira? Un proverbio chino dice: Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza. La ira es el castigo que nos damos a nosotros mismos por nuestra propia condición, por la condición de otras personas o por las situaciones que nos suceden diariamente. La ira es la manifestación profunda de nuestros sentimientos y es un veneno que uno toma esperando que surja efecto en otros, cuando tiene su efecto en nosotros mismos. 

La ira es un sentimiento normal en el ser humano y todos lidiamos con ella. No hay nada malo con experimentar momentos de ira, ya que hay ira producida por la injusticia, por la desigualdad o por el celo de ayudar a otros. Hay ira que surge por en anhelo de ser mejores y de liberarnos de cierta opresión. Sin embargo, el ser iracundos es algo diferente. El estar siempre airado maltratándonos a nosotros mismos y por ende a los demás, no es una buena práctica. 
La ira puede ser tratada, controlada y encausada, pero cuando no se hace es como un pequeño fuego que puede quemar todo un terreno en menos de lo que nos pudiésemos imaginar. De modo que controla tu ira, pídele autocontrol a Dios y sabiduría para responder con sabiduría y no con ira en cada paso de tu vida. La Biblia dice en Efesios 4:26, “ Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” (RV1960) 

Incómodos

¿Te has sentido incómodo alguna vez? ¿Te has sentido como dicen comúnmente: como un mosco en leche? ¿Piensas que estas fuera de lugar? Bueno, ese sentimiento es común al estar en un lugar totalmente diferente, en una cultura disímil o con gente totalmente extraña a nosotros. Esto se conoce como “un sentido de incomodidad” que se refriere al estado de perder la comodidad por lo “no familiar o circunstancial”. 

El Señor Jesús se sintió incómodo en muchas ocasiones. Cuando estuvo con los fariseos y religiosos se sintió incómodo. En ocasiones se sintió incómodo por el comportamiento de sus discípulos y hasta experimentó este sentimiento en su mismo hogar y ciudad. Jesús vivió el rechazo y la incomodidad en su sentido más profundo. Sin embargo, aunque se sintió incómodo, nunca perdió su enfoque de la tarea que tenía por realizar y de su misión de salvar a la humanidad perdida. 

Recuerda que aunque te sientas incómodo(a), Dios puede usar tu incomodidad como una lección de vida. El sentirnos incómodos no debe alterar los planes que Dios tiene para nosotros. No dejes que la incomodidad te detenga, al contrario, enfócate en el llamado de Dios. Él te ayudará en medio de todas tus incomodidades. La Biblia dice en 2 Corintios 10:3, “Es verdad que vivimos en este mundo, pero no actuamos como todo el mundo” (TLA).