Todos Podemos Cantar

Fue en Noviembre del año 2015 donde tuve la bendición de viajar a Guatemala por motivos de un seminario doctoral. Aparte de conocer un poco de la herencia y cultura de ese hermoso país, lo que más me impactó no fue el seminario del cual participé. Me impactó la gente y su hermosa hospitalidad. En particular recuerdo una presentación teatral y artística de jóvenes y niños discapacitados. Entre los números del arte más preciado se encontraban dos jóvenes en sillas de ruedas con retraso mental y cuadripléjicos. Sin embargo, en el momento del solo en su canto, cantaron con todo el corazón. Sus voces no eran fuertes y totalmente afinadas pero su expresión y esfuerzo fue tanto que ganó la ovación general de toda la sala.

De repente se sintió que estos dos jóvenes al parecer débiles sacaron toda su fortaleza y dieron el todo de sí en el momento indicado. Recuerdo literalmente un letrero que decía, “todos podemos cantar”. La verdad es que sí. Todos podemos cantar de corazón. Claro que algunos tienen voces angelicales y otros es mejor que tatareen la canción escondidos o en el baño. Pero, la realidad es que hasta los pájaros cantan y elevan con su cántico una expresión de gratitud a Su Creador. 

Estos dos jóvenes me enseñaron más que la clase en ese día. Me enseñaron que en la vida se puede cantar y sacar una hermosa melodía aún en medio de todos los limitantes imposibles. De modo que, “canta”. Tu melodía es hermosa para tu Creador. La Biblia dice, “Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo, (Salmos 100:1-2, RV 1960).

El Camino Más Seguro

¿Cuántos no hemos tenido momentos difíciles en nuestra vida? Creo que todos nosotros. Recuerda lo siguiente: “En los momentos más difíciles, Dios siempre te mostrará el camino más seguro”. En esta vida hay muchos caminos llamados “opciones”. Dichos caminos se pueden comparar a los caminos durante el otoño, tan pronto como se barren, vuelven a cubrirse de hojas secas. Así son las opciones en la vida. Muchas veces son cubiertas por hojas secas llamadas “distracciones” que no nos dejan ver el camino por el cual podemos andar. 

¿Qué podemos hacer para tomar el camino correcto? Primero, buscar la dirección correcta y esto solo se puede hacer a través de la Palabra de Dios. En segundo lugar, debemos buscar al guía cuando estemos perdidos, este se llama el Espíritu Santo. Tercero, no debemos ir solos por el camino oscuro, la compañía se puede llamar un discípulo o hermano en la fe. Cuarto, no desistas en el camino, esto se llama constancia y permanencia. Por último, recuerda que Dios está al iniciar el camino, te acompaña en él y te espera al final del mismo. 

Recuerda que poca gente es capaz de prever hacia donde les lleva el camino antes de llegar al fin y por esto se requiere de fe. La Biblia dice en el Salmo 119:105, “Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino” (NTV).

Perdonarnos A Nosotros Mismos

“Si no te has perdonado algo ¿cómo puedes perdonar a los demás? Como dicen por ahí: “Perdonarse a uno mismo es mucho más importante que hacer que los demás nos perdonen”. ¿Alguna vez has venido al Señor en arrepentimiento, confesando tu pecado y aún así has seguido sintiéndote culpable? Por lo tanto, entramos en un estilo de autocastigo, repitiendo una y otra vez el pecado hasta que nos sentimos indignos no solo del perdón, sino también de las bendiciones, de las respuestas a la oración y del amor del Padre.

Según la Biblia, nuestro Padre concede el perdón basándose en el pago de la deuda de pecado por parte de Su Hijo y ha quitado nuestra transgresión “como está de lejos el oriente del occidente” (Sal 103.12, LBLA). De modo que, nuestra negativa a perdonarnos a nosotros mismos es una manera de decir que consideramos insuficiente el sacrificio de Cristo. Para ser libres de un espíritu no perdonador, debemos comprender que ese espíritu es resultado del egocentrismo. En vez de creer en la verdad del perdón de Dios, hemos estado confiando en nuestros propios sentimientos. Es hora de humillarnos y confiar en Dios, no en nuestros sentimientos.

La Biblia dice en 1 Juan 1:9, “9 Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (NVI).

Tecnología

Vivimos en un mundo de muchos avances tecnológicos. Cada día surgen nuevas invenciones que tienen a facilitar la vida del ser humano. Parece ser que las maquinas pueden reemplazar mucho de lo que el ser humano solía hacer. Desde una llamada a un número de servicio al cliente, como el cajero automático en los bancos, los dispensadores de comida, los teléfonos inteligentes, etc. No obstante, hay quien ve la tecnología como un gran mal que disminuye lentamente nuestra humanidad, mientras que otros, lo ven como una manera de ayudarnos en nuestros mayores desafíos. 

La pregunta no debe ser si la tecnología es buena o no, la cuestión es cómo la manejamos. El famoso científico Albert Einstein dijo: “Se ha vuelto terriblemente obvio que nuestra tecnología ha superado nuestra humanidad”. Esas palabras fueron proferidas décadas atrás. ¿Te imaginas lo que diría hoy en día? Lo que sí ha hecho la tecnología es poner al ser humano en una posición de privilegio, ya que las invenciones nos facilitan la vida. 

Dios es el dueño de la sabiduría y le permite al ser humano diseñar, incursionar y crear para su propio beneficio. Sin embargo, algo mejor que la tecnología es que Dios nos ha puesto en un lugar de privilegio a través de nuestra fe en Cristo Jesús. ¡Eso supera cualquier privilegio tecnológico! La Biblia dice en Romanos 5:2, “2 Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios”, (NTV).

Solo Decídete Y Pídelo

“Solo decídete y pídelo”. Fue la frase que escuché el otro día de un padre hablándole a su hijo en una tienda al ver su cara indecisa para pedir un simple dulce. Debo de admitir que muchas veces soy así. Estoy corriendo todo el día, haciendo esto y aquello, asumiendo que todo va a estar bien. Pero muchas veces he aprendido a detenerme y preguntarle a Dios ¿cuál dirección debo tomar? Muchas veces oro diciendo: “Señor, indícame tu voluntad en esta situación”. En otras ocasiones, he aprendido a pedirle a Dios. No lo hago como un comodín benevolente, sino como a mi Padre celestial, quién todo lo puede y sabe qué es lo mejor para mí.

Te preguntarás ¿por qué tenemos que pedir antes de que Él responda? Simplemente, porque nuestra relación con Dios comienza con la fe. Él no forza a nadie, ni nos obliga a nada. Él nos invita a tener una relación con Él y al conocerle podemos pedir de acuerdo a Su voluntad. La primer pregunta que debemos hacerle es: Señor ¿qué quieres que yo haga? Esta es una pregunta de sumisión. La segunda es: Señor ¿cuál dirección deseas que tome? Esta es una pregunta para inquirir de Su sabiduría.

De modo que, pídele con fe y de acuerdo a Su voluntad. La Biblia dice en Santiago 1:5, “ Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie” (NTV).

El Tiempo De Dios

“Por más rápido que corras, no podrás alcanzar lo que quieres sino es el tiempo de Dios para recibirlo”. Por otro lado, podrás tapar las manillas del reloj con tu mano, pero nunca podrás tapar el tiempo perdido. Debemos entender que uno de los recursos más valiosos que todos tenemos en la vida es el tiempo. No puedes ahorrar tiempo para usarlo otro día. Como dice el dicho: “El tiempo que se va, no vuelve”. Entonces, si no vuelve ¿cómo podemos usarlo de manera que podamos hacer en él lo que Dios quiere que hagamos?

Esto tiene que ver con una palabra clave para la vida de cada uno de nosotros: mayordomía. Algunas veces nos esforzamos hasta más no poder y no podemos. En otras, no nos esforzamos y podemos ¿por qué? Simplemente porque nuestro tiempo finito debe estar siempre conectado con el tiempo infinito de Dios. Miguel de Cervantes Saavedra dijo: “Confía en el tiempo, suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.

El tiempo nos da perspectiva, sana nuestras heridas, nos capacita, nos enseña, nos fortalece, nos anima, nos edifica y nos vivifica. Sin embargo, por más bien que lo administremos, si Dios no está ahí, perderemos el tiempo sin lugar a dudas. La Biblia dice en 2 de Corintios 1:20, “Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios”, (NTV).

Sin Fuerzas

¿Te has sentido alguna vez sin fuerzas? ¿Te has sentido como si no pudieras seguir adelante? ¿Te has sentido sin ganas de levantarte de la cama y de emprender el día? Creo que todos sin excepción nos hemos sentido alguna vez sin fuerzas. Algunos literalmente sin fuerzas físicas, pero otros ya no tienen nada de fuerza emocional o espiritual para proseguir. Si te has sentido de esta manera déjame decirte que hay buenas noticias. ¡No eres el único que se ha sentido así! En una estadística reciente, se arroja que más del 60 por ciento de la población menciona el haber perdido sus fuerzas emocionales. Parece ser que las enfermedades del siglo XXI son más de carácter emocional que de carácter físico. 

Pero, ¿qué hacer ante esta situación? Reconocer que el quedar sin fuerzas no es ajeno al ser humano, y por lo tanto, se debe identificar cuando te sientas de esta manera. En segundo lugar, debes levantarte por obediencia y compromiso buscando ayuda. Muchas veces una simple conversación con alguien maduro, unas palabras de aliento o una oración, pueden cambiar la manera como te sientes. Además, pídele a Dios que multiplique tus fuerzas. Él se place en fortalecernos, alentarnos y suplir nuestras carencias físicas, emocionales y espirituales. La Biblia dice en Isaías 40:29, “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (RV1960).

Comenzar De Nuevo

Un hombre fue a un vivero para escoger y comprar unos árboles para su jardín. Mientras estaba allí, leyó un cuadro en la pared que decía, “el mejor tiempo para plantar un árbol fue hace quince años. El segundo mejor tiempo es hoy”.

Muchas veces nos lamentamos por las cosas que debimos hacer hace algunos años. Por ejemplo: el obtener una carrera académica, ahorrar dinero para el retiro o invertir más tiempo con nuestros hijos. La decepción nos hace pensar y hacernos la pregunta, ¿de qué vale hacerlo ahora? Ya perdí mi oportunidad.

Pero la perspectiva que presenta la Biblia acerca de las cosas que no hicimos es que Dios puede restituir y restaurar los años que a nuestro parecer hemos perdido. Nunca es tarde para que Él haga algo nuevo en nuestras vidas. La Biblia dice, “Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía”, (Isaías 43:19, NTV).

Noticias Inesperadas

¿Cuántas veces recibimos noticias inesperadas? Una llamada, una visita o unos simples segundos pueden cambiar el rumbo de nuestro día o de nuestra vida. Por ejemplo, la muerte repentina de un ser querido, noticias de una enfermedad inesperada, la pérdida repentina de un trabajo, la pérdida de alguna inversión importante o de una relación que parece romperse indefinidamente. ¿Has estado en esta situación? Creo que todos nosotros. 

La vida se encarga de darnos noticias sorpresivas y situaciones supremamente asombrosas que pueden cambiar el curso de nuestras vidas. La vida nos enseña lo frágiles que somos, los flexibles que podemos llegar a ser, lo adaptables que podemos ser y lo complicados que somos. La vida nos enseña que lo que suele ser urgente muchas veces no es importante, y que lo que es primario, debe ser prioritario. La vida nos enseña que no lo sabemos todo, que podemos readaptarnos y reinventarnos. La vida esta llena de un constante aprendizaje que nos nutre y nos forja a diario. 

Entonces, al recibir noticias inesperadas, debemos reposar en Dios. Él puede ayudarnos, sostenernos y animarnos en cada fase de nuestro existir. La Biblia dice en Isaías 41:10, “No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios.Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa” (NTV)

El Camino Hacia Tus Sueños

No te preocupes por la cantidad de millas que vas a caminar detrás de tus sueños, mejor preocúpate por disfrutar el viaje y seguir a Dios. Un viaje de mil millas comienza con un solo paso. Como dice la siguiente frase: “Podrán romperte los sueños, podrán hacerte llorar, pero siempre podrás soñar una vez más”. Los sueños son sumamente importantes. Nada se hace sin que antes se imagine. Así como la vida te dio la posibilidad de soñar, también te dio la posibilidad de convertir tus sueños en realidad cuando son parte del gran sueño de Dios para ti. 

Las personas que no luchan por conseguir sus sueños suelen decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos. ¡No les creas! Al principio los sueños parecen imposibles, luego improbables y eventualmente inevitables. Como dijo Richard Branson: “ Si tus sueños no te asustan, no son lo suficientemente grandes”. Yo creo que el futuro le pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños y quienes trabajan diligentemente para obtenerlos. 

Pon todos tus sueños en las manos de Dios. Él puede darles dirección, proveerte de fuerzas para perseguirlos y la sabiduría para modificarlos cuando sea necesario. La Biblia dice en Lamentaciones 3:22-23, “¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana” (NTV).