Abrirse Con Los Demás

Parece que vivimos en un mundo muy abierto donde la gente tiene acceso a nuestra identidad fácilmente. La popularidad de las redes sociales revela nuestro deseo de conectarnos con otros, sin embargo, muchas personas siguen sintiéndose solas. De hecho, incluso en el hogar, el trabajo o en la iglesia, las personas a veces se sienten rodeadas por extraños. El dejar que realmente nos conozcan, en parte, es nuestra responsabilidad. En vez de construir un muro de protección, debemos tratar de abrirnos y dejar que otros entren a nuestra vida.

La caída de Adán y Eva suele traer a la mente la desconexión que creó el pecado entre Dios y la humanidad, pero esto también afectó todas las relaciones humanas desde entonces. Como resultado, el temor y el orgullo amenazan con esclavizarnos debido al aislamiento y a la autoprotección.Los muros en una relación pueden ser difíciles de reconocer, pero a veces, el tratar de protegernos se demuestra con resentimiento, desconfianza y murmuraciones. Pídele a Dios que te muestre las maneras en las que puedes estar dejando fuera a alguien. Él te ayudará a derribar los obstáculos en tu relación con Él y con los demás. La Biblia dice en Proverbios 18:24, “ Hay quienes parecen amigos, pero se destruyen unos a otros; el amigo verdadero se mantiene más leal que un hermano” (NTV)  

Paradoja

Vivimos en un mundo paradójico. La gente vive en casas móviles que no se mueven. Algunos usan ropa deportiva para trabajar. También usamos sudaderas para relajarnos. El corazón tiene razones que la razón no entiende. La mejor improvisación es la adecuadamente preparada. Cuanto más damos, más recibimos. No llega antes el que va más rápido sino el que sabe para dónde va. En fin, estas paradojas son humorísticas y en cierto punto divertidas. Pero algunas paradojas pueden ser difíciles para entenderlas y acostúmbranos a ellas.

El reino de Dios también está lleno de paradojas. Nosotros damos para recibir; vivimos muriendo; nos volvemos grandiosos siendo un siervos; y somos encontrados al perdernos totalmente en las manos de Cristo. Mientras más meditamos sobre estas verdades bíblicas, más nos acercaremos al reino de los cielos.

Dedica tiempo para meditar en las verdades bíblicas y pídele ayuda a Dios para entender Sus caminos aunque a veces parecen ser paradójicos. Él estará muy feliz de responder a tu oración por sabiduría. La Biblia dice, “Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos- dice el Señor. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse” (Isaías 55:8, NTV).

Suciedad

¿Alguna vez te has sentido sucio? ¿Has querido bañarte, pero te ha tocado esperar para hacerlo? ¿Cómo te has sentido una vez y te has podido quitar la suciedad? Bien ¿verdad? Pero ¿qué de aquellos que son sucios en otras áreas y en otras maneras? Por ejemplo, el dicho que dice: “No me hables bonito si me vas a jugar sucio”. Es decir, la suciedad externa se puede ver, pero la interna solo puede ser vista por Dios. Como dicen por ahí: “Las apariencias engañan”. 

La suciedad más grande de la que padece el ser humano se llama, “pecado”. El pecado nos ha ensuciado nuestra manera de pensar, de sentir y de actuar. Sin embargo, hay una solución para la suciedad del ser humano. Se llama la sangre de Cristo Jesús. Así como nos podemos quitar la suciedad externa por más pegada que este a nuestro cuerpo, también podemos limpiar lo sucio que hay en nuestros pensamientos y en nuestros corazones con la sangre de Cristo. 

Jesús promete limpiar todos nuestros pecados, transformar nuestras vidas, lavarnos con Su sangre preciosa y mantenernos cerca de Él. Solo nos pide que le demos nuestro corazón. Él desea limpiar lo que parece tan sucio y que no tiene solución. La Biblia dice en Isaías 1:18, “»Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—. Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana” (NTV).

Mar Adentro

“Hay lecciones que Jesús no enseña en la orilla de la tranquilidad, sino en las tormentas mar adentro”. Bien dice el dicho: “Después de la tormenta llega la calma”. Las tormentas suelen ser estruendosas, escrupulosas y escandalosas. En sí, una tormenta es un fenómeno caracterizado por la coexistencia de dos o más masas de aire de diferentes temperaturas. Dicho contraste desemboca una inestabilidad caracterizada por lluvias, vientos, relámpagos, rayos y otros fenómenos meteorológicos. 

Las tormentas en el mar parecen acentuarse aún más. Las grandes olas impetuosas parecen desestabilizar las embarcaciones, pero los marineros saben como soportar las olas y mantener la embarcación a salvo. De la misma manera ocurre en nuestra vida. Las tormentas pueden ser enfermedades, problemas relacionales o financieros, noticias inesperadas, en fin, un cúmulo de más de dos factores que acrecientan los niveles de estrés en nuestras vidas. 

Sin embargo, al pasar por estas tormentas debemos recordar unas cosas muy importantes: todas las tormentas son temporales, los grandes vientos no tienen porqué derrumbarnos en las tormentas, siempre habrá algo que aprender en cada tormenta y el capitán de nuestra embarcación, Jesús, nos puede mantener a salvo. La Biblia dice en Job 11:17-18, “Tu vida será más radiante que el sol de mediodía, y la oscuridad será como el amanecer.18 Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado” (NTV).

Sin Aliento

¿Te has quedado sin aliento o sin respiración? Muchos nos hemos quedado sin aliento después de haber corrido rápidamente o de haber escalado por algunos momentos. Algunos quedan sin aliento al solo dar unos pocos pasos ya que su condición física es muy decadente. El quedar sin aliento físicamente por esfuerzos muy mínimos es muestra de una salud integral pobre y que va desmejorando. En algunas ocasiones, es un indicativo de problemas de índole cardiaco y de sobrepeso.

Si nos quedamos sin aliento físicamente, lo más seguro es que también nos pase espiritualmente. Muchas veces la falta de aliento espiritual proviene de una salud espiritual muy podre. En algunos casos, nuestra falta de condición espiritual se debe al no practicar las disciplinas espirituales de la oración, la lectura de la Palabra de Dios, la meditación, el ayuno, la reflexión, la solitud, entre otros.

Aunque a diario vivamos en un mundo que nos tiende a quitar el aliento, debemos mejorar nuestra condición espiritual. Te invito a que entres al gimnasio espiritual. Desarrolla algunas disciplinas diarias, progresivas y constantes. Te aseguro que estarás más fuerte y preparado para no perder tu aliento en las circunstancias de la vida. La Biblia dice en Job 33:4, “El Espíritu de Dios me ha creado, y el aliento del Todopoderoso me da vida” (NTV).

Una Buena Sacudida

¿Has experimentado una sacudida? Bien sea en un barco, un terremoto, un accidente automovilístico, etc. En fin, son esos momentos que no esperas, pero la sacudida llega inesperadamente y sorpresivamente. Los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida. Si queremos que todo siga como está, sería necesario el cambio, porque aunque pensemos que no hay cambios, todo en este mundo es cambiante. 

¿Qué decir de los momentos donde tenemos una sacudida física o emocional? Es decir, una enfermedad inesperada o una situación emocional no deseada. Son esos momentos donde parece que todo se encuentra estable y de repente se sacude todo de una manera impresionante. Muchas veces esas sacudidas producen grietas, escombros y parece que todo se ha derribado o terminado. Sin embargo, no es el fin del mundo, puede ser el comienzo de uno nuevo. 

Muchas veces una buena sacudida es necesaria para recordarnos que estamos vivos, que no tenemos control de todo y que de vez en cuando una estremecida es necesaria para despertarnos, animarnos y desafiarnos. Como dijo Steve Jobs: “Cada día me miro en el espejo y me pregunto: Si fue hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuesta es no, sé que necesito cambiar algo”. La Biblia dice en Ezequiel 36:26, “26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo” (NTV).

La Humildad Y Las Relaciones

“El orgullo destruye las relaciones, pero la humildad es el antídoto del orgullo”. La humildad construye relaciones. El problema con el orgullo es que te engaña. Todos los demás pueden verlo en nosotros, menos nosotros mismos. El orgullo se manifiesta en maneras diferentes como por medio de la crítica, la competencia, la obstinación y la superficialidad. Sin embargo ¿cómo vamos a crecer tú y yo en humildad? Esto solo sucede al permitir que Jesucristo comience a controlar nuestros pensamientos, corazones, actitudes y reacciones. Él tiene que ser parte de este proceso.

Pero ¿cómo te conviertes en una nueva persona? ¿cómo empiezas a pensar de una manera diferente? La ley básica de las relaciones es esta: “Tú tiendes a ser como las personas con las que estás pasando tiempo”. Si pasas tiempo con gente gruñona, te vuelves más gruñón. Si pasas tiempo con gente feliz, te vuelves más feliz. Si quieres tener más humildad, pasa tiempo con Jesucristo. Él es humilde y Él quiere una relación contigo. Él quiere que pases tiempo con Él en oración, leyendo Su Palabra y hablándole. Él es humilde y a medida que lo conozcas, te volverás más como Él.

Cuando pasas tiempo con Jesús, te vuelves más humilde y eso construirá aún más todas tus relaciones. Piensa en qué necesitas cambiar en la forma que piensas de otras personas para que coincida con lo que piensa Jesús. La Biblia dice en 1 Pedro 3:8, “Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde” (NTV)

Euforia

Es increíble la euforia que se vive en los estadios. Los aficionados de cualquier deporte apoyan a sus equipos con barras, porras y hasta con comportamientos no muy deseables. Las expresiones exuberantes de emociones encontradas son increíbles. Los gritos, cantos, dichos, frases y demás hacen que el lugar sea lleno de mucha euforia. 

Los sentimientos eufóricos son buenos cuando estos son controlados o encausados de la mejor manera posible. Sin embargo, la euforia nos puede llevar a cometer muchos errores si dejamos que nos controle desmedidamente. La euforia muestra que somos seres emocionales que se gozan, alegran, pero que también se frustran repentinamente. Entonces, ¿cómo controlas tu euforia? ¿La puedes encausar para bien o dejas que se desenfrene totalmente?
Trabajemos para encausar nuestros estados eufóricos de la mejor manera posible para no cometer errores, hacer el ridículo y convertirnos en el descrédito que no queremos ser. Pidámosle sabiduría y fuerzas a Dios para ejercer el dominio propio. De ese manera, seremos de bendición a los demás. La Biblia dice en 1 Corintios 9:25, “ Todos los atletas se entrenan con disciplina. Lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno” (NTV) 

Rivalidades

Este mundo está lleno de rivalidades. Hay personas que sienten rivalidades por pequeñeces, otras por egoísmo y otras porque nunca están satisfechas con lo que tienen. Los estudiosos de la salud mental afirman que la razón primaria de las personas que externan sus rivalidades es porque se están comparando con otros a su alrededor saliendo desilusionados(as). Entonces, las rivalidades usualmente comienzan por querer ser como alguien más o por querer tener lo que otros tienen. 

¿Sientes envidia por otros o puedes celebrar los logros de otras personas? ¿Sientes desilusión con tu vida o estás satisfecho con la persona que eres? No se trata de desarrollar un espíritu simplista o conformista, se trata de desarrollar un espíritu de apreciación a otros y de superación propia. 
Así que, dejemos de propiciar rivalidades o de cultivar envidias innecesarias. Pidámosle sabiduría a Dios para evaluarnos a nosotros mismos, progresar en las áreas que debamos hacerlo, aprender de otros y seguir adelante. La Biblia dice en Filipenses 2:3, “No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes” (NTV)

El Camino Hacia Tus Sueños

No te preocupes por la cantidad de millas que vas a caminar detrás de tus sueños, mejor preocúpate por disfrutar el viaje y seguir a Dios. Un viaje de mil millas comienza con un solo paso. Como dice la siguiente frase: “Podrán romperte los sueños, podrán hacerte llorar, pero siempre podrás soñar una vez más”. Los sueños son sumamente importantes. Nada se hace sin que antes se imagine. Así como la vida te dio la posibilidad de soñar, también te dio la posibilidad de convertir tus sueños en realidad cuando son parte del gran sueño de Dios para ti. 

Las personas que no luchan por conseguir sus sueños suelen decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos. ¡No les creas! Al principio los sueños parecen imposibles, luego improbables y eventualmente inevitables. Como dijo Richard Branson: “ Si tus sueños no te asustan, no son lo suficientemente grandes”. Yo creo que el futuro le pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños y quienes trabajan diligentemente para obtenerlos. 

Pon todos tus sueños en las manos de Dios. Él puede darles dirección, proveerte de fuerzas para perseguirlos y la sabiduría para modificarlos cuando sea necesario. La Biblia dice en Lamentaciones 3:22-23, “¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana” (NTV).