Quédate callado

“Quédate callado”. Esa es la directriz que le damos a muchos de nuestros hijos cuando están aprendiendo a comportarse en diferentes lugares, respondiendo a diferentes situaciones o reaccionando a diversas circunstancias de la vida. El quedarse callado(a) puede ser momentáneo o hasta forzado, pero después de unos momentos los niños desean hablar.

¿Cuántas veces hemos callado cosas voluntaria o involuntariamente? ¿Cuántas veces el quedarnos callados ha complicado más las cosas? ¿Cuántas veces el callar no ha sido una buena práctica? Esta bien que hay contextos, ocasiones y circunstancias en las cuales debemos ser prudentes y callar es la mejor práctica, sin embargo, hay muchas veces que hay que hablar, denunciar y sacar las cosas a la luz.

La Palabra de Dios dice que la verdad nos hace libres. De modo que, ejerce tu prudencia, calla cuando tengas que hacerlo, pero habla y denuncia lo que muchos siempre han callado y necesita salir a la luz. Dios honrará tu cordura, tu prudencia y muchas veces, tu valentía. Confiesa tus cargas a Dios y Él te restaurará. La Biblia dice en el Salmo 32:5, “ Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al Señor», ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció” (NTV)

No Hay Nada Más Que Hacer

No hay nada más que hacer. Fueron las palabras desesperadas que escuché de una señora quien lloraba en el ascensor de un hospital porque le habían dicho que su hermana estaba en sus últimas horas de vida. Al enterarse que había orado por alguien en el cubículo de al lado, me pidió de todo corazón que fuese a orar por su hermana. Yo acababa de hacer dos visitas. La primera, a una familia quienes juntos habíamos visto morir a su padre en el cuarto del mismo hospital. Habíamos estado por horas orando hasta que Dios se lo llevó pacíficamente a Su presencia. Fue un tiempo muy emotivo.

La segunda visita era a una niña quien estaba en el mismo hospital y aproveché para visitarle y orar junto a su familia por ella. De modo que lo último que deseaba en ese momento era regresarme a orar una vez más. Sin embargo, fui obediente y seguí a dicha señora. Al llegar, su hermana estaba conectada a máquinas, respirando artificialmente y con toda la familia al lado. Recuerdo hacer hecho una oración muy sencilla y corta, pero de corazón. Dije: “Dios, cuando no hay nada más que hacer, tú decides obrar”. Oré por unos cinco minutos y salí del cuarto al despedirme de la familia.

Como dos años pasaron y yo olvidé dicha visita. Un día en la puerta de la iglesia, una señora me saluda diciendo: “Yo soy la que ya no había nada más que hacer y Dios me levantó a punto de morir. Lo busqué por un tiempo para dejárselo saber”. Así que Dios hace como Él quiere, porque tiene todo el poder. La Biblia dice en Jeremías 32:27, “ 27 He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?” (NTV)

Resistencia

¡Resiste! Es la palabra que escuchamos en repetidas veces y en diferentes situaciones de nuestra vida. La resistencia conlleva en sí un sacrificio, un dolor y muchas veces, una necesidad apremiante. El resistir involucra el esperar, el permanecer y el ser constante. El resistir involucra fortaleza, entrega, compromiso, esfuerzo y perseverancia. La resistencia es característica de las personas que consiguen sus metas. La resistencia involucra insistir, persistir, pero nunca desistir.

Sin embargo, el resistir no es nada fácil. La resistencia denota momentos de tensión, de frustración y de supremo dolor. La resistencia es en sí una guerra de fuerzas internas o externas que trata de arrastrarnos de un lugar a otro sin compasión alguna. La resistencia es en si una fuerza difícil de soportar, pero a su vez, una oportunidad para crecer, madurar y aprender de cada situación.

De modo que si estas resistiendo en alguna circunstancia o situación de tu vida, no desistas. Prosigue hacia adelante. Dios es quien te da las fuerzas cuando ya piensas que necesitas desistir. Él te puede ayudar sobrenaturalmente y proveerte las fuerzas para seguir hacia adelante. La Biblia dice en Isaías 40:29, “ Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles” (NTV)

Confianza

¿En dónde o en quién depositas tu confianza? ¿La depositas en las personas, en las instituciones, en las creencias o hasta en ti mismo? ¿Depositas tu confianza en las cosas o en las circunstancias? ¿En qué la depositas?

Quizá tú o un ser querido enfrentan momentos difíciles y se encuentran con muchas preguntas que no tienen respuesta. La incertidumbre produce un sentimiento de inseguridad y desconfianza. También produce ansiedad y frustración por la incapacidad de no poder hacer algo. Sin embargo, hoy es el mejor momento para depositar nuestra fe y confianza en Dios y recordar que Su sombra jamás produce temor, sino confianza. 
Es en estos tiempos, cuando el temor masivo está intimidando a la humanidad, que las personas de fe debemos buscar a Dios y acudir a Su Palabra para buscar Su dirección y alimentarnos de Sus promesas. Es bueno permanecer informados, pero no permitamos que las noticias negativas nublen nuestra perspectiva y nos llenen el corazón de temor. La Palabra de Dios es verdadera y poderosa, tiene toda autoridad para empoderarnos ante cualquier peste y cualquier situación. Nos podemos acercar al Dios Todopoderoso quien nos cubrirá con Su sombra. La Biblia dice en el Salmo 27:1,El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar?” (NTV)   

Paciencia

Algunos han dicho que la paciencia es el arte de la espera. Otros dicen que con amor y paciencia nada es imposible, pero la verdad es que el ser paciente es muy difícil. Me refiero cuando la espera es lo único que puedes hacer porque nada más está bajo tu control que solamente esperar. Por ejemplo, esperar una noticia anhelada, esperar una respuesta de un examen crucial, esperar l mejoría de alguien quien está en la cama de un hospital y lo único que te dice el doctor es la palabra esperar. 

¿Cuántas veces nos toca sólo esperar y nada más que esperar? Quizá te encuentras en esas situación y no sabes qué hacer. La Palabra de Dios nos habla de muchos episodios donde el pueblo de Dios tuvo que esperar en Él. Todo el tiempo Dios fue consistente con Sus promesas y los libertó una y otra vez. Sin embargo, la lección más grande es la siguiente: “Lo que Dios hace en la espera es tan importante como aquello por lo cual estamos esperando”. En otras palabras, es durante la espera que Dios nos enseña, nos anima, nos corrige, nos quebranta, nos fortalece y nos guía. 
De modo que la paciencia va conectada de la mano con la espera. Humanamente es difícil ser paciente, por eso pidámosle a Dios que nos ayude en nuestra espera. Él lo hará. La Biblia dice en el Salmo 40:1, Con paciencia esperé que el Señor me ayudara, y él se fijó en mí y oyó mi clamor” (NTV) 

No corre, vuela

Muchos hemos escuchado el refrán que dice: “No corre, vuela”. Posiblemente este es uno de los refranes populares españoles más usados, ya que puede emplearse en muchas situaciones. Se usa para indicar que cuando surge la oportunidad, hay que aprovecharla, porque sino, otro lo hará en nuestro lugar. El famoso refrán sirve para motivar a otros y para alentarles a actuar con rapidez, diligencia y entusiasmo. 

En otras ocasiones, escuchamos este dicho para denotar que muchas personas toman ventaja de su situación y vuelan cuando otros apenas quieren correr. Si algo podemos aprender del dicho popular es la prontitud para responder con diligencia. En otras palabras, debemos desarrollar prontitud al responder a las circunstancias de nuestra vida. 
Dios es un Dios de oportunidades. Muchas veces las oportunidades vienen y nosotros las dejamos pasar y de esa manera ellas vuelan. ¿Qué oportunidades te ha dado Dios a las que debes responder rápidamente? Quizá no puedas volar, pero si puedas correr y atravesar las puertas que Dios ya ha abierto y tú no has querido entrar por ellas. La Biblia dice en Deuteronomio 31:8,  8No temas ni te desalientes, porque el propio Señor irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará” (NTV)   

Un canto al optimismo

“No hay mal que por bien no venga”. Esta frase corta es un canto al optimismo. Dicha expresión transmite que siempre es posible obtener o aprender algo positivo, incluso de las peores situaciones. Transmite el hecho de que toda circunstancia, por más severa que sea, traerá en sí algún beneficio para nuestra vida. 

La verdad es que aún de las tragedias, eventos, pérdidas y duelos más fuertes, Dios obra y transforma dichas situaciones para bien de acuerdo a Sus propósitos. Aún en la tristeza, el dolor y el llanto, Dios puede obrar con poder, sacar una sonrisa, proveer la paz y ministrar a cada corazón. 
Aunque las cosas no parezcan nada bien, siempre habrá una esperanza. Aunque los problemas sean múltiples, siempre habrá una solución para cada uno de ellos. Aunque el dolor sea muy fuerte, en su debido tiempo pasará. Aunque la tristeza sea suprema, es cuestión de tiempo y vendrá la paz. Más que un mal convertirse en un bien, es la paz y la presencia de Dios la que por bien vendrá. La Biblia dice en 2 Tesalonicenses 3:16, “Ahora, que el mismo Señor de paz les dé su paz en todo momento y en cada situación. El Señor sea con todos ustedes” (NTV)   

Hablar Bien

¿Has conocido a personas que hablan mal? Es decir, son aquellas personas que después de una frase piensan que necesitan decir una grosería como parte de su lenguaje. 

Hablar corrompido no proviene de lo alto. La boca y el corazón están conectados. Porque como dice la Escritura: “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34). La palabra corrompida se refiere a una fruta podrida (Mateo 7:17-18). Significa aquello que no vale, que está podrido o que es malo. En repetidas ocasiones no son groserías, pero sí negamos a Cristo como Pedro cuando dijo: “No conozco al hombre” (Mateo 26:74). A veces los apetitos de nuestra vida antigua se desatan cuando dejamos que de nuestra lengua salgan palabras deshonestas. 

Al venir a Cristo, debemos cambiar nuestra manera de hablar. La boca del pecador está llena de maldición y amargura, pero cuando confía en Cristo, muy contento confiesa que Jesús es el Señor. Su boca está lista y abierta para glorificar a Dios. Jesús cambia el corazón y cambiará también el hablar. El remedio es asegurarnos que el corazón está lleno de bendición, que conoce la Palabra de Dios y profesa la Palabra con poder. 

El apóstol Pablo nos dijo que pongamos la sal de la gracia de Dios en todo lo que digamos. De esa manera podremos hablar mucho mejor. La Biblia dice en Colosenses 4:6, “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”(RV1960).

Raíces

Se dice que “ la belleza de una flor depende de sus raíces”. Yo diría que “la belleza del ser humano depende de sus raíces”. No hay árboles sin raíces y no hay fruto bueno si no hay raíces buenas. Así que las raíces son muy importantes. 

El olvidarnos de nuestras raíces sería pretender dar y ser algo que no somos. Así que, valora tus raíces. No hay una coincidencia que hayas nacido donde naciste y que hayas crecido donde creciste y con quienes viviste. Todo esto es parte de lo que eres hoy. Aunque quieras negarlo u olvidarlo, es parte de ti y siempre irá contigo donde quiera que vayas. 

Yo digo que “el olvidarnos de nuestras raíces, es olvidarnos de quienes realmente somos” y “el que no sabe de dónde viene, no sabe para dónde va”. Así que valora tus raíces, aprende de otros y enriquecerás tu vida. Llegarás a lugares que nunca has planeado estar y conquistarás cosas que nunca has pensado conquistar. Pero, siempre recuerda de dónde vienes. El día que se te olvide, perderás la dirección y no darás buen fruto.
La Biblia dice, “Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.8 Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto” (Jeremías 17:7-8, NTV).

Confianza

Hay personas que son muy desconfiadas, es decir, que tienen problemas con aquello de la confianza. Una frase que leí dice: “Las personas que tienen problemas de confianza solo necesitan mirarse al espejo porque allí se encontrarán con la persona que más los traicionará”. El famoso escritor inglés, William Shakespeare dijo: “Ama a todos, confía en unos pocos y no le hagas mal a ninguno”. El punto es que somos seres desconfiados por nuestras propias inseguridades, temores, errores y por las situaciones que se han salido fuera de nuestro control. 

Sin embargo, cuando logras confiar, puedes divertirte mucho y cuando te diviertes, puedes hacer cosas sorprendentes. ¿Qué hacer si eres desconfiado? Primero, debes confiar en Dios, Él nunca te fallará. Segundo, debes tener confianza en lo que eres y en lo que Dios ha puesto en tus manos, porque si no tienes confianza en ti mismo, eres derrotado antes de emprender algo en tu vida. En tercer lugar, escoge bien en quién confías. Usualmente podrás confiar en los que más amas y en los que están cerca de ti. Por último, recuerda que no podemos poner toda nuestra confianza en el hombre, ya que algún día podremos salir defraudados. Confía en Jesús. Él no te defraudará. 

La Biblia dice en Jeremías 17:7, “ 7 »Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza” (NTV).