“Dios escoge a quienes usa y usa a quienes escoge”. En otras palabras, Dios no escoge a los preparados, prepara a los escogidos. Cada uno de nosotros ha sido diseñado de manera única y exclusiva por Dios. Pueden haber personas parecidas a ti, pero no hay nadie igual a ti sobre la faz de la tierra. Es más, no ha existido nadie igual que tu, ni existirá. Eso nos habla de un Dios que no carece de creatividad, pero también de un Dios que nos ha dado un propósito único para cada tiempo y generación.
Se estima que hay cerca de ocho billones de habitantes en el mundo. Sin embargo, no hay ningún ser igual que el otro. Es más, los intentos de clonar a alguien pueden trazar las características físicas, pero nunca podrán clonar el alma. El sentido de unicidad es real en cada ser humano ¿por qué? Simplemente porque somos diseño exclusivo de Dios. Él ha escogido tu complexión física y las características exclusivas de tu ser. Con ese diseño vino también en ti un propósito para el cual has nacido. Nadie podrá cumplir el propósito por el que tú has sido diseñado.
Entonces, acepta y abraza el diseño de Dios para ti, identifica las habilidades con las que has sido dotado y deja que Él te prepare de la mejor manera posible. La Biblia dice en Jeremías 1:5a, “Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté…” (NTV).