Perseguidos

¿Alguna vez has sentido delirio de persecución? Es ese sentimiento de sentirse perseguido(a) constantemente. Es sentir que hasta tu sombra te persigue y que no puedes confiar en los que están alrededor tuyo. Es sentir temor, fobia, miedo y desespero al mismo tiempo. Es sentirse ansioso en medio de los demás llegando en algunos extremos a convertirse en una fobia social. 

Quizá puedes pensar que no tienes problemas con esto, pero estadísticamente se afirma que más de la mitad de la población mundial ha sufrido periodos de delirio de persecución por las condiciones actuales en las que se suele vivir, las experiencias del pasado, las tragedias y los múltiples desafíos entre las relaciones interpersonales. 

Sea que hayas experimentado o no el delirio de persecución, hoy es un día para confiar en alguien que te puede proteger, dirigir y sustentar. Esa es la persona de Jesús. Él te persigue para tener una relación contigo, camina junto a ti y esta frente a ti como tu director. La Biblia dice en 2 Corintios 12:10, “Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte” (NTV)   

Aflicciones

La siguiente frase me llamó la atención: “No te desesperes por las aflicciones de tu vida, pues de las nubes más negras cae agua limpia y fecunda”. Las aflicciones aunque parezcan eternas, son momentáneas. La aflicción es la maestra de las destrezas más grandes para el vencimiento de cualquier obstáculo o batalla. La aflicción no solo viene a nosotros para hacernos sentir preocupados o en dificultad, sino que viene a nosotros para hacernos más sabios. 

En otras palabras, toda aflicción que llega a nuestras vidas acaba por irse de una u otra forma. Por otro lado, nunca se está más cerca de Dios que durante la aflicción, porque esta nos induce a la purificación de nuestra alma. Las aflicciones tratan con nuestros sentimientos, con nuestras emociones y alteran nuestra voluntad. Estas nos fortalecen, nos purifican y nos enseñan lecciones que nunca hubiéramos estado preparados o dispuestos para recibir. 

De modo que si estás pasando por alguna aflicción, simplemente es una ocasión para crecer, aprender, ser desafiados, animados y fortalecidos. Dios mismo ha prometido estar contigo en la aflicción y sacarte en victoria de cada una de ellas. La Biblia dice en el Salmo 34:19, “Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová” (RV1960).

Irrespetuoso

Alguien dijo: “El secreto de una vida feliz es el respeto”. Entonces, el contradicho sería: “El secreto de una vida infeliz es el irrespeto”. ¿Has conocido a personas irrespetuosas? Es aquella persona que manifiesta una falta de respeto hacia algo o hacia alguien. El irrespeto se ha convertido en una falta grave para la sana convivencia entre las personas, pues violenta uno de los principales valores que garantizan la armonía social: “el respeto”.

Hay personas que no respetan porque simplemente no se respetan ellos mismos. Debemos respetar las diferencias de otros, demostrar respeto por las opiniones ajenas, respetar otras culturas y apreciar aquellos que están alrededor nuestro. Como dicen por ahí: “Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”.

El respeto es un principio fundamental en la escala de valores de la sociedad. Así que hazte las siguientes preguntas: ¿Me respeto a mí mismo? ¿Cómo puedo mejorar en respetar a otros? ¿Cómo puedo contribuir hacia una cultura de respeto? Sobre todo, ¿cómo puedo respetar más los preceptos de Dios? La Biblia dice en Colosenses 3:13, “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” (RV1960).

Ignorando Las Advertencias

¡Ya está advertido! Dijo una mamá al venir de hablar con su pequeño hijo antes de una presentación. Le advertí que no hablara, porque le fascina hacerlo. Después de unos pocos minutos el pequeño niño se le olvidó la advertencia de su mamá. ¿Cuántos de nosotros aunque no seamos chicos actuamos de la misma manera? 

En repetidas ocasiones ignoramos las advertencias en diferentes áreas de nuestras vidas. Ignoramos las advertencias en cuanto nuestro cuerpo, ignoramos las advertencias en cuanto a nuestras relaciones, ignoramos las advertencias laborales, ignoramos las advertencias del tiempo, en fin, somos expertos en ignorar o en obviar advertencias. 
Sin embargo, las advertencias existen para prevenirnos de muchas cosas, en especial, de vivir vidas desenfrenadas, sin rumbo, sin límites y sin un propósito en particular. Las advertencias existen para ayudarnos, guiarnos y guardarnos de llegar a nuestro destino final. Entonces medita en cuáles advertencias estas ignorando, en qué cambios debes hacer y en qué cosas debes hacer para seguir cumpliendo los propósitos de Dios. La Biblia dice en Proverbios 12:1, “Para aprender, hay que amar la disciplina; es tonto despreciar la corrección” (NTV)  

Pensar y Ser

He estado meditando en esta frase desde que me levanté hoy: “Lo que piensas, eso eres”. Hay muchas personas que se definen sin saberlo y actúan por lo que piensan de sí mismos. Con el paso del tiempo, los pensamientos se convierten en el amo de nuestro proceder. Terminamos siendo lo que pensamos de nosotros mismos. Si pensamos que somos malos, perdedores, menos que otros, brutos, tontos, desventajados, despreciados, entre otros adjetivos calificativos, eso seremos sin lugar a dudas.

Entonces, hay que cambiar la manera de pensar. La batalla por el pecado comienza en tu mente y no en tu comportamiento. La manera en que piensas determina la manera como te sientes y la manera como te sientes determina la manera como actúas. Todo ser humano “piensa, siente y actúa”. De modo que si deseas cambiar la manera como actúas, comienza por cambiar la manera como piensas. Si deseas cambiar la manera como te sientes, debes comenzar por cambiar lo que piensas. Esta última se llama en la psicología “terapia cognitiva”. En resumidas cuentas, comenzamos por reemplazar el pensamiento, para luego poder lograr cambiar el sentimiento.

La renovación de tu mente se relaciona con la palabra arrepentimiento. Arrepentirse significa hacer un cambio mental para cambiar de dirección. De modo que “arrepiéntete”. La Biblia dice en Efesios 4:23, “En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes”, (NTV).

Cara A Cara

Cuando estaba chico y mis padres me comentaban que conocían a alguien en particular, yo usualmente les preguntaba: ¿Lo conocen cara a cara? Lo que quería decir en mi intrepidez de niño era si conocían a esa persona personalmente. Al crecer, escuché una canción cristiana de Marcos Vidal que dice: “Sólo déjame mirarte cara a cara y perderme como un niño en tu mirada, y que pase mucho tiempo, y que nadie diga nada, porque estoy viendo al Maestro cara a cara”. 

La realidad es que algún día estaremos “cara a cara” ante Dios. La pregunta que surge es: ¿Estas preparado(a) para presentarte ante Él? Hay muchas personas que aún no están preparados(as) para presentarse delante de Dios. Por otro lado, otros esperan el día que estén delante de Dios, ¿Cuál es la diferencia? La diferencia radica en la relación que tengamos con Él. Si tienes una relación firme con Dios, ni la vida ni la muerte te podrá separar de Él. Pero si no la tienes, quizá sea tiempo de comenzarla. 
Estaremos cara a cara delante de Dios para salvación o para condenación. Dios desea que sea para salvación al presentarnos ante Su tribunal en el fututo. Hoy puedes venir delante de Él en oración y entregarle todo tu corazón. De esa manera, le verás cara a cara para salvación. ¿Estas listo(a)? La Biblia dice en 2 Corintios 5:10, “10 Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal” (NTV)   

Éxito

Al visitar las bibliotecas y tiendas de libros hoy en día podemos encontrar libros para ser exitosos en muchas áreas. Se encuentran libros para el éxito en el amor, en los estilos de vida, en el dinero, en el matrimonio, en las relaciones, en los estudios, etc. Hay una gama de libros para todo. Los libros tienen mucho valor. La lectura enriquece, educa, corrige y amplia nuestra visión. Pero, cuando leo principios para el éxito en estos libros, los comparo con los principios encontrados en el libro de Dios, la Biblia.

Aunque hay seres humanos muy exitosos y podemos aprender de ellos, no conozco a nadie más exitoso que a Dios. ¿Quién más ha creado un universo y lo mantiene a través del tiempo? Él nos ha creado y nos ha dado principios para nuestro éxito personal. He aquí un principio que Dios le dio a un hombre exitoso llamado Josué, “medita en las Escrituras y síguelas cuidadosamente y diariamente”.

El resultado te sorprenderá. Experimentarás un éxito real y perdurable. La Biblia dice, “Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas” (Josué 1:8, NTV).

Pérdidas Normales

Las pérdidas son parte natural en nuestra vida. Tenemos pérdidas en todo ámbito, tanto en el físico, como en el emocional y hasta en el espiritual. La diferencia radica en cómo enfrentamos nuestras pérdidas. ¿Los enfrentamos con una postura de fe o en nuestras propias fuerzas? Tenemos que entender que en el camino perderemos personas y cosas, pero no debemos perdernos con ellas. Como bien dice el dicho: No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes.
Dios permite pérdidas en nuestras vidas para enseñarnos el valor de la vida y fortalecer nuestro espíritu en el caminar de la fe. Hasta que sufrimos ciertas pérdidas logramos descubrir la fuerza que existe en el duelo, pero también en la resignación. Aunque no haya ganas de continuar, la única opción es levantarnos día tras día, emprender la lucha, encarar la realidad, aprender y fortalecernos con fe esperando con esperanza que todo estará bien en el futuro que tenemos por delante.

Tenemos que reconocer que poco a poco podemos dejar ir la pérdida, pero no el amor, ya que este es trascendente. Las cosas pasan, las personas se van, pero el amor de Dios permanece para siempre. Su amor es real y pase lo que pase, Él siempre estará con nosotros. Así que, le podemos entregar todas nuestras pérdidas a Dios y Él tendrá cuidado de nosotros, nos sabrá restaurar y proveer de las fuerzas para seguir hacia adelante. La Biblia dice en el Salmo 34:18, “El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado” (NTV)

Resistente A Los Golpes

Todos nos hemos golpeado duro en la vida. Desde una caída que siempre recordamos por las cicatrices nos dejó, como los golpes emocionales por los que solemos pasar. Sin embargo, los golpes en la vida son los que nos hacen más fuertes. Pero, como duelen, ¿verdad? Aunque nos caigamos mil veces, debemos levantarnos de nuevo. En eso consiste la vida. De modo que: “La vida te dará golpes duros, pero Dios te dará fuerzas para resistirlos”.

Los golpes que nos da la vida no vienen para destruirnos, sino para enseñarnos las lecciones más profundas que no hubiésemos aprendido de otra manera. Los golpes marcan, pero a su vez nos fortalecen, así como las tormentas hacen que los árboles tengan raíces profundas. Crecemos con los golpes duros de la vida que se convierten muchas veces en toques suaves para el alma. 

La próxima vez que experimentes un gran dolor recuerda que puede ser la antesala de una gran enseñanza y de una esperada victoria, porque detrás de cada dolor hay una bendición. La confianza, la fortaleza y la paz provendrán de Dios quien te sustentará y te fortalecerá. La Biblia dice en 2 de Samuel 22:2-3, “2 El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; 3 mi Dios, mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro. Él es mi refugio, mi salvador, el que me libra de la violencia” (NTV).

Sorpresa

¡Sorpresa! Es la palabra que escuchamos cuando algo nos sorprende, bien sea para bien o para mal. Hay sorpresas muy agradables como la visita de un ser querido que no veíamos desde hace mucho tiempo, un logro esperado, un trabajo anhelado, un negocio concretado, un premio recibido, etc. Por otro lado, hay sorpresas que nos cambian la vida. Por ejemplo, las pérdidas de seres queridos, el ser despedido de un trabajo o el ser diagnosticado con una enfermedad que no se esperaba. Qué decir de las rupturas relacionales o emocionales o de las noticias sorprendentes que muchas veces no podemos creer. Nos quedamos con la boca abierta y con el corazón en conflicto. 

Sin embargo, las sorpresas son parte esencial de nuestra vida. Es más, le dan sentido y color a nuestro diario vivir. Si nunca somos sorprendidos, nunca hubiésemos experimentado ciertas emociones y aprendido de ciertas respuestas. Es decir, que las sorpresas pueden llegar a ser un regalo de Dios para prepararnos mejor y crear en nosotros conceptos, emociones y situaciones que nos permitan crecer en la vida. 

Desde un regalo sorpresa para un niño, como una noticia sorpresa para el mismo pueden ser parte vital en la Universidad de la vida. Así que, déjate sorprender, recibe tus sorpresas, aprende de ellas y sorprende a otros. Recuerda que las sorpresas le dan color a la vida. Job dijo en la Biblia, “Señor, sé que tolo lo puedes y que nadie puede detenerte”, (Job 42:2, NTV)