Bajo Construcción

¿Has visto los anuncios que dicen: “bajo construcción”? Son los anuncios que comúnmente se encuentran en los lugares donde se está llevando a cabo una obra que aún no ha sido completada. Muchas veces, debajo de ese anuncio se encuentra una foto de lo que será la obra cuando sea completada. Al mirar lo que está a la vista, parece ser todo menos la foto del anuncio, sin embargo, después de un periodo de construcción y limpieza, el objetivo es que se vea de dicha manera.

Esto me puso a pensar en la vida de todos los seguidores de Cristo. Dios no nos ve como estamos ahora, sino como podremos estar luego. Él no ve lo que actualmente somos, sino todo lo que llegaremos a ser. Él ve el producto terminado, porque conoce nuestro futuro. Él ve como todas las cosas que ahora no hacen sentido, lo harán. Él ve como todos los eventos que parecen ser desafiantes son parte de la preparación de lo que está siendo construido en nosotros.

Recuerda que todos tenemos ese letrero que dice: “Bajo construcción”. Lo más hermoso de todo es saber que Dios sigue obrando en nosotros y que no ha acabado Su obra en nuestras vidas hasta que nos llame a Su presencia. La Biblia dice en Filipenses 1:6 , “estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús” (LBLA).

Abandono

Una de las heridas más grandes que puede sufrir el ser humano es la herida del abandono. Psicológicamente es una de las heridas más difíciles de las cuales una persona se puede recobrar. Desde el abandono de un padre o madre, como el abandono de un conyugue, un hijo o un ser querido, son catalogados como eventos traumáticos para la vida emocional del ser humano.

Muchos adultos batallan con sentimientos de inseguridad, dolor, coraje, amargura, resentimiento, frustración, fobias y mucho más, solo por la ausencia o abandono de una de las figuras de autoridad y apoyo emocional en sus vidas. Otros sufren de una baja autoestima o se auto conmiseran debido a lo que causa el abandono. Lo interesante es que el abandono es un sentimiento más común de lo que parece. El mismo Señor Jesús sintió que había sido abandonado por sus amigos, su familia y por todos sus seguidores. En el momento de más angustia a punto de morir, sin dudar de lo que estaba llamado a hacer, sintió la ausencia emocionalmente de parte de Su Padre, sin embargo, Él estaba ahí.

¿Te has sentido de esa manera? ¿Has sufrido de abandono? Déjame decirte que Dios nunca nos abandona. Él ha prometido estar con nosotros siempre. Así que, solo experimenta Su paz y Su gozo. La Biblia dice en Marcos 15:34 , “34 Luego, a las tres de la tarde, Jesús clamó con voz fuerte: «Eloi, Eloi, ¿lema sabactani?», que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (NTV).

Maximizar

Uno de los términos que más se usan en nuestros días en los entrenamientos de liderazgo y de producción es “maximizar”. Se anima a las personas para que maximicen su tiempo, su dinero, sus oportunidades, su potencial, su preparación, etc. En términos empresariales, los inversionistas esperan que se maximicen las ganancias. Por otro lado, en el área de la salud, los doctores recomiendan maximizar el organismo al cuidarlo con una buena alimentación y una buena rutina de ejercicio.

En el área de las emociones, la ciencia de la moralidad dice tratar con maximizar la salud psicológica y social. Maximizar también es priorizar. Una máxima es un principio primario de prioridad. Las personas debemos poner nuestras prioridades en orden para mantener una buena salud integral. Entonces, piensa en las cosas, relaciones o situaciones que necesitas maximizar.
¿Necesitas maximizar tus dones y talentos? ¿Necesitas maximizar tu potencial? ¿Necesitas maximizar tus oportunidades? ¿Necesitas maximizar en tus relaciones interpersonales? ¿Necesitas maximizar en tus relaciones laborales? Aún, más importante, ¿necesitas maximizar en tu relación con Dios? La Biblia dice en Colosenses 4:5, “Vivan sabiamente entre los que no creen en Cristo y aprovechen al máximo cada oportunidad” (NTV).

Personas

Cuando personas entran en tu vida, Dios la envía por alguna razón. Bien sea para aprender de ellos o para estar con ellos hasta el final. No importa cuál sea la razón, solo disfruta el momento con esas personas. Quizá si no las aprecias ahora, mañana podrías lamentarte y ser demasiado tarde porque la vida es breve y tiende a darnos muchas sorpresas.

La vida puede ser complicada, dolorosa y llena de altibajos, pero las personas alrededor tuyo llenan de sentido tu vida. Siempre hay un nuevo día, hay otras personas de las cuales aprender, otros tiempos y otras historias que enriquecerán tu vida. Siempre habrán nuevas oportunidades, nuevas sorpresas, nuevos comienzos y nuevos encuentros que pueden cambiarlo todo en un momento indicado. Sin embargo, la persona que puede transformarlo todo se llama “Dios”.

Dios en tres personas: “Padre, Hijo y Espíritu Santo”. El Padre, creador y diseñador de todo lo que existe. El Hijo quien es la imagen misma de Dios y quien murió por nuestros pecados. El Espíritu Santo que nos acompaña, nos aconseja y puede vivir adentro de aquel que cree en Jesús. Y tú, ¿conoces a Dios? Podrás conocer a las personas más maravillosas del mundo, pero si no conoces a Dios, te has perdido de lo mejor. Conócelo, te aseguro que te irá muy bien. La Biblia dice en Juan 17:3 , “Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra” (NTV).

Increíble

“Increíble, sorprendente”, era la frase célebre de un locutor colombiano quien todos los días compartía noticias en la radio de carácter polémico y amarillista. Su tono de voz acentuaba la importancia de la información que iba compartir. En otras ocasiones decía: “Inaudito y sorprendente”, pero ¿de qué nos sorprendemos en la vida? ¿Qué es lo verdaderamente sorprendente?

Hay muchas cosas que son casi increíbles. Por ejemplo, el hecho que Dios haya enviado a Su único Hijo a morir en una cruz por amor a todos nosotros. En un simple raciocinio humano, parecería ser inaudito y sorprendente, pero así es el amor de Dios. Él nos ama de una manera sobrenatural. Su amor ha traspasado las barreras del tiempo y de la cultura. Su amor ha sido incondicional, inquebrantable e inmensurable.

Algo que es realmente sorprendente es que Dios no se dio por vencido con la humanidad. Su amor persistente y real es supremamente impresionante. Él es un Dios real que quiere tener una relación personal con cada uno de nosotros. ¿La tienes? La Biblia dice en Juan 5:30 , “30 Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo según Dios me indica. Por lo tanto, mi juicio es justo, porque llevo a cabo la voluntad del que me envió y no la mía” (NTV).

Urgente

Un día leí en una caricatura una frase que decía: “Como siempre: Lo urgente, no deja tiempo para lo importante”. En repetidas ocasiones parece que nos concentramos en responder a lo que dice ser urgente, que no lo es descuidando lo importante. Esto me lleva a otra frase que aprendí acerca de las dichosas urgencias que mueven nuestra vida que dice: “No todo lo urgente es importante y no todo lo importante es urgente”. Qué fácil suena, pero que difícil es de aplicarse.

La mayor parte del tiempo estamos respondiendo a supuestas urgencias. Dejamos lo importante por algo que parece ser inminente. Sin embargo, debemos entender que la tendencia natural del ser humano es el exaltar o sacar fuera de proporción las cosas para provocar respuestas rápidas y que parecen a primera vista necesarias.

Entonces, hazte las siguientes preguntas: ¿Qué es lo verdaderamente importante en mi vida? ¿Qué es prioritario? ¿Qué necesita mi atención urgentemente o cómo determino qué es una urgencia? Recuerda que muchas veces dejamos lo importante por lo que parece ser urgente. Nuestra oración debe ser: “Señor, ayúdame a responder a lo urgente y a no descuidar lo verdaderamente importante”. La Biblia dice en Eclesiastés 8:6, “Pues hay un tiempo y un modo para cada cosa, incluso cuando uno está en apuros” (NTV).

Citas Divinas

¿Has tenido una cita divina? Es decir, una cita providencial. Son aquellos momentos donde Dios te pone a alguien en el camino para ayudarte, animarte o para que tú hagas lo mismo con ellos. Son aquellos momentos que solo pueden ser planeados en el cielo. Son aquellas personas que dicen la palabras claves, expresan su sentir en los momentos indicados y hasta proveen algo que necesitas que solo Dios conoce en un debido momento.

La vida está llena de citas divinas. Desde los encuentros más simples que nos transmiten profundas enseñanzas, hasta las situaciones más complejas que solo Dios puede solucionar. Lo impresionante es ver como Dios provee, suple y dispone personas, eventos y situaciones a nuestro favor de manera providencial. Él sabe exactamente de qué tenemos necesidad. Él conoce lo más profundo de nuestro ser y discierne los pensamientos e intenciones del corazón.

De modo que, déjate usar por Dios y permite que las citas divinas te enseñen, te fortalezcan, te animen y te desafíen. Muchas veces algo que no esperabas se convierte en lo que necesitabas. La Biblia dice en el Salmo 139: 4-5 , “Sabes lo que voy a decir incluso antes de que lo diga, Señor. 5 Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza” (NTV).

Te quiero

El gran autor, premio nobel de literatura, Gabriel García Márquez escribió lo siguiente: “Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo”. ¿Cómo queremos a las personas que están alrededor nuestro? ¿Las queremos por lo que son? Esta debe ser una gran verdad. Sin embargo, parte de querer a alguien es reconocer el valor que esta persona añade a nuestra vida. En otras palabras, estas personas existen para hacer de nuestra vida, una mejor vida. Al querer a los demás, crecemos como personas.

Muchas veces solo nos concentramos en los beneficios que otra persona nos pueda aportar en una amistad o en una relación. Sin embargo, nosotros somos los primeros enriquecidos por quienes deciden amarnos y añadir valor a nuestras vidas ¿Has pensado en el amor de Dios? Nosotros somos más cuando le amamos a Él que cuando no lo tomamos en cuenta. Él no solo añade valor a nuestra vida, sino que colma cada parte de nuestro ser y nos da una nueva perspectiva.

Lo más impresionante es que Dios Padre sí nos quiere de verdad. Él nos quiere sin condiciones y no porque le podamos añadir algo a Él. Simplemente, lo hace porque le place hacerlo. Y tú, ¿te estás dejando querer por tu Padre celestial? La Biblia dice en 1 Juan 4:10 , “10 En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados”, (NTV).

Confrontar

¿Te gusta ser confrontado por algo que hayas hecho mal? ¿Cómo recibes la confrontación de parte de otras personas alrededor tuyo? ¿Cómo respondes a las confrontaciones inesperadas? Creo que todos hemos sido confrontados una u otra vez, pero la respuesta a dichas confrontaciones, ha marcado la diferencia. Algunas veces recibimos bien las confrontaciones de otros, en otras ocasiones, no sabemos cómo responder o reaccionamos de manera inapropiada.

Entonces, ¿cómo enfrentar las confrontaciones? En primer lugar, debemos reconocer que tendremos diferencias inevitables porque somos diferentes, únicos e irrepetibles. Entonces, hay que evaluar de dónde proviene dicha diferencia y afrontarla como tal. En segundo lugar, un error que constantemente cometemos es tomar las confrontaciones de manera muy personal. Cuando es así, le damos rienda suelta a nuestras emociones y reaccionamos usualmente a la defensiva. En tercer lugar, es importante aprender de las diferencias, construir sobre ellas y enriquecernos después de haber tratado con nuestras confrontaciones de una manera saludable.

De modo que, aprendamos de los errores del pasado y recibamos las confrontaciones de la mejor manera posible. Yo digo: “Una confrontación funciona como una construcción”. Hay algo bueno que se puede construir de ella. La Biblia dice en Mateo 18:15, “Si un creyente peca contra ti, háblale en privado y hazle ver su falta. Si te escucha y confiesa el pecado, has recuperado a esa persona” (NTV).

Producir

Muchos en nuestros días están preocupados con la producción. Desde el empresario que se preocupa por toda la producción de su negocio o empresa, como el padre que se preocupa por los resultados en las calificaciones de sus hijos. También, aquel que se preocupa por los resultados de un examen físico, como el que se angustia por los resultados de su equipo favorito en una competencia. Al parecer, esta vida está relacionada de una u otra manera con la producción.

Nuestro creador nos diseñó con la capacidad de producir. Él nos ha dotado con todas las facultades necesarias para crear, organizar, planear, diversificar, multiplicar, componer y mucho más. La pregunta que surge es: ¿Qué está produciendo nuestro interior? ¿Qué sale de lo más profundo de nuestro ser? ¿Qué efecto producen nuestras palabras y nuestras acciones?

Dios desea que nuestro producto sea de buena calidad. Él desea que nuestra vida produzca fruto para Su gloria y la única manera de hacerlo es estando en comunión constantemente con Él. Entonces, ¿estas conectado(a) con Dios? ¿Estás permaneciendo en Él? La Biblia dice en Juan 15:5 , “5 »Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada” (NTV).