La Ingratitud

La verdad es que nuestra ingratitud proviene de nuestra propia perspectiva. Déjame contarte un anécdota. Un hombre procedente de las hermosas montañas de Colorado se movió a Texas y construyó una casa con un ventanal muy grande para contemplar el panorama. Al poco tiempo se quejó porque decía que lo único que veía eran praderas planas. Un hombre de Texas se movió a Colorado y construyó una casa con un ventanal muy grande. Después de un tiempo se quejó porque no podía ver nada ya que las montañas estaban obstruyendo la vista. 

Como decía la comediante Gilda Radner, “siempre hay algo”. Yo digo: “Siempre hay algo para quejarnos”. No obstante, uno de los secretos que comparte la Biblia en cuanto a la felicidad es “aprender a ser agradecidos por lo que tenemos”. La realidad es que tenemos mucho. Dios nos ha dado muchos regalos desde la salud, la salvación, nuestras relaciones, Sus provisiones y la paz para vivir una vida en plenitud. 
Por lo tanto, si recientemente has estado tentado en quejarte de muchas cosas, trata de ser más agradecido. Una actitud de gratitud puede cambiar tu perspectiva de vida. La Biblia dice en Colosenses 2:7, Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud”. (NTV).

Resistiendo

Cuando era niño, solíamos visitar la casa de mis abuelos y siempre quedaba fascinado por la vista desde su casa hacia el pueblo con sus majestuosas montañas. A medida que crecía y exploraba otras regiones montañosas, noté que las carreteras y senderos generalmente seguían el curso del agua, ya que ésta tiende a buscar el camino de menor resistencia.

En la vida también he observado que el camino más fácil tiende a ser de lo alto a lo bajo. Si queremos alcanzar nuevas alturas, debemos enfrentar con perseverancia y tenacidad los desafíos que se presentan al escalar las montañas de la vida. La Biblia nos enseña que subir la montaña nos fortalece, incluso cuando es difícil. Aunque tomar el camino más difícil requiere esfuerzo, la recompensa es grande y vale la pena.
Por lo tanto, la próxima vez que te enfrentes a una elección de caminos, elige el mejor y no el más fácil, porque al atravesar los desafíos, te convertirás en una persona mucho más fuerte y capaz. La Biblia dice en Mateo 7:13,Solo puedes entrar en el reino de Dios a través de la puerta angosta. La carretera al infierno es amplia y la puerta es ancha para los muchos que escogen ese camino”. (NTV) 

No Somos de Este Mundo

Recientemente leí acerca de un hombre que se dio cuenta de lo desconectado que estaba del mundo moderno cuando un ladrón rompió las ventanas de su automóvil y se llevó su sistema de sonido, pero dejó atrás todos sus CD´s, considerándolos demasiado antiguos. Este incidente ilustra cómo aquellos que se esfuerzan por mantenerse al día con las últimas tendencias del mundo pueden terminar sintiéndose desesperados, frustrados o incluso en bancarrota.

La Biblia nos enseña que aunque vivimos en el mundo, no pertenecemos a él. Nos recuerda que, a pesar de todos nuestros esfuerzos, este mundo es temporal y no durará para siempre, a pesar de lo que podamos creer. En lugar de preocuparnos por estar al día con las demandas cambiantes del mundo, debemos enfocarnos en sintonizar nuestros corazones con la voluntad de Dios y seguirlo a Él.
Los dones y las promesas de Dios son eternos y nunca pasan de moda. En contraste, las tendencias, modas y gustos del mundo están en constante cambio y nunca podremos estar completamente actualizados. Por lo tanto, es mucho más sabio y gratificante vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, ya que Sus planes perduran para siempre. La Biblia dice en 1 Pedro 2:9, “Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa” (NTV) 

Atesorando en el Cielo

Se acercaba el cumpleaños número noventa de una mujer y mientras reflexionaba sobre las celebraciones pasadas, pensó en todos los regalos materiales que había recibido a lo largo de los años: porcelanas, objetos para su colección, detalles para la vitrina, etc. Pero este año, cuando sus hijos comenzaron a planear la fiesta, ella sorprendió a todos al pedir algo diferente: “Todo lo que deseo son besos y abrazos, dos cosas que no tenga que limpiar el polvo constantemente”.

Este gesto simple pero significativo nos recuerda una verdad profunda: al final, no podemos llevarnos nada material de este mundo. La sabiduría de aquellos que dicen “nada te llevas de este mundo” es innegable. La Biblia nos enseña a no acumular tesoros terrenales, sino a buscar tesoros en el cielo, donde podemos disfrutar de ellos por la eternidad. Estos tesoros celestiales no requieren limpieza constante, sólo nos brindan alegría y satisfacción duraderas. 
Las recompensas que obtenemos por servir a Dios superan con creces cualquier logro terrenal. Estas recompensas son eternas y no están sujetas a la pérdida o el deterioro. Cuando nos involucramos en el servicio a Dios con nuestros dones y talentos, descubrimos las innumerables bendiciones y recompensas que Él tiene reservadas para nosotros. La Biblia dice en Mateo 6:20-21,“Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. 21 Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón,” (NVI) 

La Práctica de la Comunicación

Recientemente, un magazín tiras cómicas presentó jocosamente a un profesor tratando de explicar la práctica de la comunicación en términos extremadamente complicados definiéndola como, “cualquier modos operandi por el cual se produce la transposición recíproca de información entre entidades o grupos a través de sistemas comúnmente entendidos de símbolos, signos o patrones de conducta de actividad”.  ¿Entendiste esa definición tan complicada? Lo más probable es que no. Lo maravilloso es que Dios se comunica con nosotros de manera simple y clara.
Dios nos habla con un lenguaje directo y comprensible. Nos dice que nos ama incondicionalmente, que amemos a los demás y que confiemos en Él. Sus mensajes son directos y fáciles de entender. Cuando consideramos lo que Dios nos pide, nos damos cuenta de lo simple que es. Él solo quiere que lo conozcamos y que nos sumerjamos en Su Palabra. Así que, lee la Biblia con un corazón y una mente abiertos. Cuando lo hagas, escucharás la voz de Dios clara y distintivamente. La Biblia dice en Jeremías 29:12b-13,La Biblia dice, “…cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme”.

Podría Haber Sido

El poeta estadounidense John Greenleaf una vez expresó con notable claridad: “Entre todas las palabras pronunciadas con la lengua o escritas, las más tristes son: ‘podría haber sido'”. Estas palabras resuenan con la verdad de que a menudo lamentamos más las oportunidades perdidas que aquellas que nunca intentamos.

Tim McMahon, otro autor, nos recuerda que la toma de riesgos está intrínsecamente ligada al fracaso. De hecho, si no hubiera riesgo, no habría una verdadera toma de decisiones. El miedo al fracaso puede ser paralizante, pero no debemos permitir que nos detenga en la búsqueda de nuestros sueños. Por lo tanto, no postergues el perseguir tus sueños por temor al fracaso. Dios puede usar incluso nuestras fallas para forjar en nosotros valentía y determinación. Los fracasos son simplemente escalones en la escalera hacia el éxito. Si perseveras, llegarás a la cima.
Hoy podemos pedirle a Dios valor para seguir adelante. Él te guiará y fortalecerá en el camino correcto. La Biblia dice en Deuteronomio 31:6, ¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará”. (NTV) 

Pidiendo Abundantemente

¿Cómo le pedimos a Dios en nuestras peticiones? Un joven se estaba preparando para un retiro de la iglesia en una isla, y le pidió dinero a su padre para gastar durante el viaje. “Por supuesto”, respondió el padre. “¿Cuánto dinero necesitas? ¿Solo un dólar o incluso menos?” ¿Nos acercamos a Dios de la misma manera? ¿Le pedimos solo un poco de ayuda en nuestra vida diaria? Por supuesto, Dios podría responder así. ¿Pero cuánta ayuda mínima necesitas hoy? 
Sin embargo, la Biblia nos enseña que Dios no obra de esa manera. En cambio, nos ha dado a Su único Hijo y nos continúa bendiciendo más allá de lo que podemos imaginar o pedir. Su provisión es abundante y generosa hacia sus hijos, desbordando con gracia mucho más allá de nuestras necesidades. Debemos aprender a dar generosamente para bendecir a otros, mostrando así nuestro verdadero amor. Sigamos el ejemplo de Dios al tratar con las personas en nuestras vidas, ya sean nuestros hijos, amigos, compañeros de trabajo o cualquier otro. La Biblia dice en el Salmo 31:19, “Qué grande es la bondad que has reservado para los que te temen. La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de protección, y los bendices ante la mirada del mundo”,(NTV).

Un Logro

¿Has considerado alguna vez al pájaro carpintero como un modelo a seguir para la humanidad? Este pequeño pájaro utiliza su cabeza para picotear con determinación hasta lograr su objetivo. Su trabajo constante y su enfoque son un poderoso ejemplo de perseverancia y dedicación.

A menudo olvidamos que Dios nos ha dotado con una mente y un cuerpo con la capacidad de lograr mucho en nuestra vida espiritual. Tenemos la capacidad de establecer metas y alcanzarlas a través de la creatividad y el esfuerzo diligente.

La Biblia nos enseña que hemos sido creados a imagen de Dios, lo que significa que tenemos un deseo innato de alcanzar grandes cosas. Aunque no podemos crear universos, sí podemos influir positivamente en el mundo que nos rodea, marcando una diferencia significativa. Dios desea que experimentemos un sentido de logro en nuestras vidas. ¿Has considerado qué tarea, objetivo o sueño podría estar llamando Dios hoy en tu vida? Sea lo que sea, hazlo con excelencia y con todo tu corazón, para honrar a Dios. La Biblia dice en Efesios 2:10, 10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”. (NVI)  

Algo Más Que Nos Cueste

A los padres de un joven les encantaba que su hijo tocara para los visitantes que llegaban a su casa después de haber invertido una buena cantidad de dinero para enviar a su hijo a las mejores clases de piano. Una tarde, después de que su hijo tocó algunas piezas musicales muy sencillas, el papá le dijo: “Bueno, hijo mío, ahora por favor toca algo más costoso que eso”. 

Aunque las palabras que escogió el padre para desafiar a su hijo son debatibles, él tenía un punto importante: “debemos vivir de acuerdo con el potencial que nos ha sido dado”. La inversión de tiempo, esfuerzo y dinero debía mostrarse en alguna pieza más compleja. En otras palabras, en algo que le costase más al niño y que mostrara la inversión hecha por sus padres. Esto se puede aplicar en muchas áreas de nuestra vida. El apóstol Pablo lo dijo de la siguiente manera, “…les suplico que lleven una vida digna del llamado que han recibido de Dios” (Efesios 4:1b). Cuando fallamos de vivir a la altura de nuestro potencial, desperdiciamos lo que Dios ha puesto e invertido en nosotros. 
Dios nos ha dado un llamado especifico a cada uno de nosotros. Con Su ayuda, podemos vivir a la altura de ese llamado, pero debemos ser diligentes y esforzarnos por hacer lo mejor de nuestra parte. La Biblia dice en 1 Tesalonicenses 5:24, “Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel” (NTV).

Corriendo Más Rápido

Cuando mi hijo estaba pequeño y comenzaba a correr, él me decía: “Papá, mírame correr, corro bien rápido”. Creo que él pensaba que corría más rápido que muchos. Él estaba convencido de lo que estaba aprendiendo. Su convencimiento no venía de su experiencia, sino de la novedad de lo que estaba experimentando y aprendiendo. 

¿Cuándo dejamos de confiar en nuestra novedad de vida? ¿Cuándo comenzamos a volvernos más complejos? Creo que al crecer, nuestra falta de confianza y convencimiento suele ser altamente cuestionada. Nos volvemos escépticos de lo que podamos hacer y críticos de lo que hemos hecho o dejado de hacer. La complejidad nos va embargando y vamos gradualmente perdiendo el gozo por las cosas pequeñas y el sentido de asombro por las pequeñas cosas que podamos alcanzar. No obstante, la vida sí corre rápido. Los años pasan y con ellos sus grandes oportunidades. 
El día de hoy te invito para que hagamos dos cosas: 1. No perdamos el sentido de novedad. 2. No perdamos nuestro sentido de aprendizaje. Así como mi hijo estaba convencido de correr rápidamente, nosotros corremos la carrera de la fe que Dios ha trazado para nosotros. La Biblia dice en 1 Corintios 9:26, 26 Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire (NTV)