Todos hemos escuchado la frase que dice: “El hubiera no existe”, sin embargo, yo digo que “el hubiera sí existe”. Es verdad que no podemos cambiar las decisiones, actos o palabras del pasado, pero sí podemos aprender las grandes lecciones que el pasado posee. El hubiera sí existe cuando reconocemos nuestros errores, cuando enfrentamos las consecuencias de nuestras malas decisiones y cuando tratamos de resarcir lo que parece ser irreparable.
Aunque no podemos cambiar el pasado, sí podemos ser estudiantes del mismo. Es más, en repetidas ocasiones lo que lamentamos no haber dicho o hecho se nos presenta de nuevo. En esa instancia, el hubiera puede ayudarnos. De modo que ya no esperes más para decir, hacer o emprender lo que “el hubiera” te ha dejado. Si el hubiera te ha marcado, deja que te marque de la mejor manera posible y cambia tu “hubiera” en un “pudiera”.
Desde hoy puedes comenzar a decir: “Yo pudiera hacer esto o aquello en lugar de decir lo hubiera hecho”. Te aseguro que esta práctica tan simple, puede cambiar mucho de tu vivir. La Biblia dice en Isaías 43:18, “Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer” (NTV).