¿Por qué a mí?

¿Por qué a mí? Es la pregunta que solemos hacernos constantemente. ¿Por qué me pasó esto?, ¿Por qué perdí esto o aquello?, ¿por qué todo parece confabularse en contra mía? Esta fue la sensación del salmista y rey David muchas veces. ¿Te has sentido de esa manera? Aunque es natural que nos hagamos esta pregunta, debemos entender que preguntarnos acerca del por qué es natural para el ser humano. La pregunta o frase por qué a mí no debemos verla en una mala connotación. Al contrario, qué bueno que podemos hacernos esa pregunta. El cuestionarnos acerca del por qué nos ayuda a pensar en las causas, razones y propósitos de nuestras acciones. Nos conduce no solo al origen sino que nos transporta a su propósito. 

Dios es experto en transformar aún lo que parece ser malo en cosas que nos servirán para crecer en nuestro diario vivir. De modo que detrás de la pregunta por qué siempre hay un para qué. En palabras simples, cada vez que pensamos en la palabra “por” debemos pensar en la palabra “para”. Dios siempre convierte los porqués en paraqués. Así que cuando te hagas la pregunta, por qué a mí, debes hacerte la pregunta, para qué a mí. Dios te la responderá. La Biblia dice, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”, (Romanos 8:28a, RV 1960).

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s