Desde hace ya algún tiempo he tratado de desarrollar un hábito que me ha ayudado a ver la obra de Dios en mi vida. Antes de dormir, trato de recordar lo que viví en ese día para encontrar evidencias de la obra de Dios en mi. Me hago algunas preguntas: ¿Cómo me dirigió Dios a la hora de tomar alguna decisión? ¿Respondió alguna de mis preguntas? ¿Me protegió de alguna situación? ¿Cómo me ayudó? ¿De qué me libró? ¿Qué milagro obró?
El hacer un recuento de la obra o actividad de Dios en mi vida y en la de mi familia, me ha hecho considerar Su profundo cuidado y Su amor para mi. La evidencia del poder de Dios está en todas partes, si tan sólo la buscamos. Ver el mundo con los ojos de la fe bien abiertos cambia la perspectiva del “no puedo a puedo porque Dios esta conmigo”.
Entonces, ¿cómo ves a Dios? Lo podrás ver en lo más mínimo o en lo más grande alrededor tuyo. Sólo abre tus ojos espirituales y ve todo lo que Dios hace por ti, en ti y a través de ti. La Biblia dice en Jeremías 29:13, “ Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme” (NTV)