Un joven estudiante de seminario estaba sirviendo como capellán en la sala de emergencias de un gran hospital de caridad cuando trajeron a una mujer que había intentado quitarse la vida. El joven hizo lo que pudo para consolarla y después de unos minutos, en su estado de agitación, la mujer levantó la vista y preguntó: “¿eres Jesús?” Sin pensarlo, ese joven estudiante había cumplido el propósito de su vida, “revelarle al mundo la compasión de Jesucristo”.
La Biblia dice que el mundo conocerá a los cristianos por la forma en que aman a los demás si su amor es como el amor de Jesús. No necesitas ser alguien sobresaliente, muy estudiado o que gozas de bienes y posiciones de autoridad para que la gente te admire. Solo necesitas demostrar la esencia de lo cual estas hecho, “el amor de Dios”.
Actúa con amor desinteresado y “sé Jesús” para alguien el día de hoy. La Biblia dice, “Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones”, (1 Juan 3:18, NTV).