No hay fronteras ni barreras cuando se habla del verdadero amor. El lenguaje del amor trasciende a la cultura, sobrepasa los tiempos, conquista todas las edades, vence las tradiciones, convence los corazones y estabiliza el todo de nuestro ser.
No hay fronteras ni barreras en frente al amor, especialmente cuando hablamos del amor de Dios. Su amor es infinito, real, vivencial y transcendental. Su amor es, ha sido y siempre será. Su amor es profetizado, proclamado y encarnado en Su Hijo Jesús. Su amor es sacrificado, vituperado, pero también ratificado. Su amor es personal y colectivo. Su amor es activo y es pasivo. Su amor es Su esencia, Su ser y Su sentir. Tú y yo somos la expresión máxima de Su amor.
¿Has recibido Su amor? ¿Deseas experimentar este amor sin fronteras ni barreras? La Biblia dice en 1 Juan 3:1a, “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (RV1960)