Un día leí la siguiente frase: “Nadie derrumba a quien Dios levanta. Nadie derrota a quien Dios protege. Nadie maldice a quien Dios bendice”. Dios es nuestra protección. Por ejemplo, las ovejas por naturaleza son animales indefensos, por eso es que el pastor utiliza algunas herramientas para cuidarlas y protegerlas. El pastor usa una vara para proteger y un cayado con un pequeño gancho para rescatarlas. Nosotros somos como ovejas perdidas, así que Jesús vino a la tierra para ser nuestro buen Pastor. Así como un pastor usa las herramientas físicas de la vara y el cayado para proporcionar dirección y protección, Dios quiere protegernos y dirigirnos.
Hay algunas maneras como Dios nos protege. Primero, si le traes tus heridas, Él es compasivo. Él tiene compasión de nosotros porque sabe que somos indefensos sin Él (Mateo 9:36). Segundo, si lo sigues, Él te lleva en la dirección correcta. Él va primero como Pastor y te conduce para que vayas por el buen camino (Juan 10:4). Tercero, si te confundes o te alejas, Jesús te traerá de vuelta. Él deja atrás a las ovejas que están bien y se va en búsqueda de la perdida hasta que la encuentra, ¡qué bendición! (Mateo 18:12). Cuarto, si fracasas o caes, Jesús te rescata y te pone en el camino de la recuperación (Mateo 12:11-12). Por último, si confías en Él para salvación, Su promesa se cumplirá.
La Biblia dice en Juan 10:11, “»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida en sacrificio por las ovejas” (NTV).