Hay una gran diferencia entre “oír y escuchar”. Puedes oír algo y no estar realmente escuchando. No puedo decirte cuántas discusiones he tenido o presenciado donde se estaban oyendo las palabras en lugar de las emociones y acciones. A veces las palabras ni siquiera importan. Alguien puede decirte: “Estoy bien”, pero la forma en que lo hace, te dice que no está bien. Escuchar significa que también oyes lo que la otra persona no está diciendo.
Eso se llama empatía. Empatía significa ponerse en el lugar de la otra persona y conocer su punto de vista. Te preguntas: “¿Cómo me sentiría si estuviera en esa situación?” Escuchar con empatía significa que escuchas sin interrupción y oyes los temores y sentimientos. Oyes lo que no están diciendo. No estás tratando de arreglar la situación. ¡A veces la sanidad viene solo por escuchar!
Entonces, el escuchar es probablemente la habilidad más importante para construir amistades y relaciones, porque no puedes amar a las personas sin escucharlas. ¿Estas escuchando o solo estas oyendo a las personas que dices amar? Recuerda que “no se puede amar sin escuchar”. La Biblia dice en Romanos 15:2, “Deberíamos ayudar a otros a hacer lo que es correcto y edificarlos en el Señor”, (NTV)