Placer Momentáneo

Todos hemos experimentado placeres momentáneos en la vida. Desde disfrutar un delicioso postre hasta participar en algún tipo de deporte extremo. Hay de placeres a placeres. Unos son benéficos y otros son totalmente maléficos. Algunos buscan dichos placeres a expensas de su salud, de sus relaciones familiares y laborales. Otros se involucran en relaciones extramaritales, cambiando el bienestar de su familia por la satisfacción de sus deseos lujuriosos. Algunos maltratan su cuerpo con excesos consumiendo sustancias adictivas o incluso con el exceso de comida.

Usualmente los placeres desordenados provienen de la falta de comunión con Dios. Las decisiones que tomemos hoy podrán robarnos de las bendiciones que Dios quiere darnos. Cuando cedemos a la tentación sacrificamos nuestro futuro por un placer momentáneo. No podemos permitir basar nuestras decisiones en deseos o sentimientos inmediatos ya que el principio de sembrar y cosechar se puede revertir (Gálatas 6:7). ¿Qué estamos sembrando? La cosecha vendrá y en ese momento segaremos más de lo que hayamos sembrado.

Así que, ten cuidado con tus placeres momentáneos. Una persona sabia evalúa las decisiones mirando hacia delante para ver las consecuencias negativas que estas podrían generar. La Biblia dice en 1 de Corintios 10:13, “13 Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir” (NTV).

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