Los procesos y temporadas no son eternos. No duran para siempre. En repetidas ocasiones al atravesar por una situación en particular pensamos que ésta será por siempre cuando de verdad es sólo temporal. Sin embargo, la vida esta llena de procesos, procesos y más procesos. Como dicen por ahí: “Nunca se quiere ser parte del proceso, pero sí se quiere ser parte del resulto”. De modo que no se pueden obviar, ignorar o evitar los procesos, al contrario, durante el proceso es donde descubres quién merece ser parte del resultado.
Usualmente digo que como creyentes somos “producto en proceso” ya que Dios no ha acabado Su obra en nuestra vida. Por lo tanto, hay cosas que aprender y cosas que reprogramar. Hay cosas que somos, hay cosas que queremos cambiar y cosas que queremos llegar a ser. Hay cosas que no sabemos, pero queremos lograr saber. Somos un edificio en construcción que aún no pasa por la demolición, sino que sigue construyendo hasta su último piso.
Entonces, ¿deseas aprender en el proceso? ¿Deseas progresar y llegar a ser lo que Dios quiere que seas? Sólo debemos entregarnos a Él. Sin lugar a duda, seremos dirigidos y protegidos por Él. La Biblia dice en Efesios 4:23, “En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes” (NTV)