¿Has visto o te has relacionado con personas que no hacen ni dejan hacer? Personas que no contribuyen para nada, pero que siempre tienen algo que decir. Personas que no se comprometen con la causa, pero que al parecer, les gusta ser reconocidas. Personas que no invierten nada, pero esperan dividendos. Personas que solo observan, no trabajan, pero cómo les gusta criticar.
El mundo está lleno de personas que no hacen ni dejan hacer. No son contentos con lo que tienen, ni mucho menos con lo que los demás tienen. No están contentos con lo que son y mucho menos con lo que los demás son. Son personas insatisfechas, que andan por la vida queriendo hacer que otros sean también insatisfechos. ¿Qué debemos hacer con estas personas?
En primera instancia, hay que reconocer que no todos son como nosotros y que constantemente tendremos diferencias con los demás. Sin embargo, en lugar de enfocarnos en las diferencias, debemos capitalizar en ellas. Debemos ignorar los comentarios que tienden a robarnos la paz, no tomarlos personalmente y encausarlos de la mejor manera posible. De la misma manera, debemos saber que el que no hace ni deja hacer, nunca llegará a ningún lado. Así que, no le prestes tanta atención, ignora sus actitudes, sigue trabajando y sigue caminando hacia la meta que Dios te ha trazado por delante. La Biblia dice en Lucas 6:37, “ 37 »No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará” (NTV)