“Una persona rica no es la que tiene mucho, sino la que no tiene necesidad de más”. La riqueza no es sólo lo material y lo tangible. ¿Qué tal de lo intangible y lo trascendente? ¿Qué tal de la riqueza emocional y espiritual? Hay personas que parecen tenerlo todo, pero a su vez, no tienen nada. Carecen de un capital emocional y espiritual.
Todos somos ricos si cambiamos nuestra perspectiva de vida. No es el afirmar un sentido de conformismo, ni el desanimarnos a emprender o a seguir hacia adelante con nuestras metas financieras. Es el cambiar nuestra perspectiva de insatisfacción y lidiar con nuestra tendencia de tener más para ser felices. La verdad es que si no eres feliz con lo que eres y tienes ahora, no lo serás cuando tengas más.
La riqueza del alma se sacia día a día al igual que la riqueza espiritual. Debemos nutrir nuestro capital físico, emocional, espiritual, relacional y el económico. Entonces, ¿cómo estás invirtiendo en cada uno de ellos? Recuerda: Una persona rica no es la que tiene mucho, sino la que no tiene necesidad de más. La Biblia dice en Filipenses 4:19, “ 19 Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús” (NTV)